Ayer, Miércoles Santo, en la puerta del Triduo Pascual, la Iglesia que peregrina en Osma-Soria celebró, como acto central de la jornada, la Santa Misa Crismal en la S. I. Catedral de El Burgo de Osma a las doce de la mañana.
La solemne concelebración eucarística estuvo presidida por el Sr. Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa. Con él concelebraron ochenta sacerdotes, la práctica totalidad del presbiterio diocesano en activo, además de algunos religiosos.
En el transcurso de la celebración todos los presbíteros presentes renovaron, junto a su Obispo, las promesas hechas el día de su ordenación sacerdotal.
En su homilía, el Obispo de Osma-Soria hizo un llamamiento a la revisión de la vivencia del sacerdocio ministerial «no para desanimarnos, aunque no nos guste lo que veamos, sino para ser capaces de renovar en nosotros lo que haya languidecido; quitar todo lo que del mundo o de la rutina o de la tristeza o de la falta de esperanza se nos haya quedado pegado a nuestra vida y ministerio sacerdotales, para que así pueda renacer con nueva fuerza en nosotros la alegría, la esperanza, el celo pastoral y el ardor evangelizador».
Igualmente, exhortó a sus sacerdotes a tomar conciencia de la necesidad de «una verdadera renovación de nuestra vida y de nuestro ministerio como sacerdotes; una renovación de nuestra ilusión y entusiasmo personal, sacerdotal, espiritual y pastoral» para, en palabras de Mons. Melgar Viciosa, vibrar con «un mayor ardor evangelizador; un mayor entusiasmo; una caridad pastoral que nos lleve a hacer una total entrega de nosotros mismos a Cristo y a los hermanos; una vida espiritual más intensa; una pastoral más incisiva y misionera que nos lance no sólo a conservar lo que tenemos sino a buscar, crear y hacer nacer la fe en los alejados de la Iglesia. Una pastoral que reavive la fe de los que hace tiempo creyeron y en los que hoy sólo queda un pequeño rescoldo de fe casi apagado y mortecino».
Antes, a las once de la mañana, los sacerdotes diocesanos estaban convocados a participar en la celebración del Sacramento del perdón que presidió Mons. Melgar Viciosa en la capilla de Santo Domingo del Seminario diocesano.
Al finalizar la Santa Misa todos los presbíteros presentes (seculares y regulares) compartieron una comida de hermandad en los comedores del Seminario diocesano.
La Misa Crismal que celebrará el Obispo con todos los sacerdotes de la Diócesis es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y un signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella, además, se consagrará el Santo Crisma y se bendecirán los Óleos de los catecúmenos y de los enfermos.
Estos Óleos forman parte de los signos sacramentales que luego se realizarán en las diferentes parroquias de la Diócesis: las unciones pre y post bautismales en el pecho y en la cabeza, respectivamente, de los bautizados; la crismación en la frente de los confirmados y en las manos o en la cabeza de los ordenados presbíteros u obispos; la unción en la frente y en las manos de los enfermos o la de las paredes y del altar en la dedicación de iglesias.
Durante la jornada de ayer, en la ciudad de Soria, también tuvo lugar a las ocho de la tarde la procesión de la Cofradía del Ecce Homo que, partiendo de la iglesia de Santo Domingo, finalizó en la S. I. Concatedral de San Pedro Apóstol. A continuación, se rezó el santo Rosario y el Vía Crucis por el camino de San Saturio, a orillas del río Duero, hasta llegar a la ermita del santo patrón de la ciudad.
Por su parte, en El Burgo de Osma a las nueve de la noche, se celebró la procesión del perdón con los pasos del beso de Judas, la flagelación del Señor y el Cristo de la Luz. La procesión partió de la parroquia de Santa Cristina, en la ciudad de Osma, y concluyó en la S. I. Catedral. Antes, en el convento de los PP. Carmelitas, se habían unido al cortejo procesional los pasos del Jesús de Medinaceli y la caída de Jesús.
