El jueves 29 de abril tuvo lugar el encuentro del Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, con el Arciprestazgo de El Burgo de Osma. Este encuentro se enmarca dentro de los mantenidos por parte del Sr. Obispo con los agentes de pastoral de los diferentes Arciprestazgos diocesanos.
Así, ya han mantenido este encuentro destinado a la reflexión sobre el papel de los laicos en la vida y la misión de la Iglesia universal, diocesana y en la vida parroquial los Arciprestazgos de Soria, Pinares, Ágreda y Ólvega.
Más de un centenar de laicos, religiosos y sacerdotes de las cinco UAPs que conforman el Arciprestazgo de El Burgo de Osma (El Burgo de Osma-Ucero, El Burgo de Osma-Retortillo, Osma, Berlanga de Duero y Berlanga de Duero-Bayubas de Abajo) se acercaron hasta el Seminario diocesano para responder a la convocatoria del Prelado oxomense-soriano.
El encuentro, que arrancó a las cuatro y media de la tarde, se inició con una breve oración tras la que tomó la palabra Mons. Melgar Viciosa para explicar el contenido del mismo y desarrollar, durante casi una hora, el tema del laicado en la vida de la Iglesia (y concretamente de la Iglesia diocesana y de la vida parroquial)
Haciendo hincapié en «la necesidad de laicos convertidos y convencidos»; en la imperiosa necesidad de su formación y «re-evangelización»; y en su insustituible papel en la vida familiar, social, política y eclesial, el Obispo de Osma-Soria desarrolló en su charla lo sustancial de la teología y praxis de una sana concepción de la figura del laico en la vida de la Iglesia.
Los más de cien asistentes se dividieron en cuatro grupos, una vez concluida la charla de Mons. Melgar Viciosa, para debatir y reflexionar sobre dos cuestiones que el Obispo había lanzado al final de su ponencia: 1. ¿En qué aspectos creemos que el laicado «ha despertado» y en cuáles sigue «dormido»? y 2. ¿Qué creemos que necesitamos los laicos para poder cumplir bien con nuestra misión en la Iglesia?.
La reflexión por grupos, que se prolongó durante media hora, concluyó con la puesta en común de lo trabajado y con unas últimas consideraciones realizadas por el Obispo.
Una cerrada ovación puso el punto y final a este encuentro que se culminó con una merienda en los comedores del Seminario diocesano.
