Concluida la peregrinación sacerdotal a Roma

El sábado 12 de junio concluía la peregrinación que ha realizado a Roma -con motivo del Encuentro mundial de sacerdotes con el Papa Benedicto XVI al final del Año Sacerdotal proclamado hace ahora un año- un grupo de 19 presbíteros de la Diócesis de Osma-Soria, presididos por el Obispo Mons. Gerardo Melgar Viciosa (a quien los peregrinos sorianos regalaron como muestra de profundo agradecimiento por su presencia en la ciudad eterna un anillo pastoral)

Los presbíteros partían de España el lunes 7 después de haber celebrado juntos la Eucaristía en la parroquia de San Francisco de Asís, de la ciudad de Soria, en la que el Obispo bendijo a los peregrinos. Tras llegar al aeropuerto de Fiumicino, en Roma, en torno a la media tarde se trasladaron a cenar a un típico restaurante italiano. Antes de desplazarse al Pontificio Colegio Español «San José», la residencia habitual durante esos días, visitaron el Coliseo y la zona de los Foros imperiales.

La jornada del martes 8 de junio comenzó temprano pues a las ocho de la mañana los sacerdotes sorianos, junto con un grupo de presbíteros de la archidiócesis de Santiago de Compostela, celebraron la Santa Misa en el altar de San José, en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Tras celebrar la Eucaristía, visitaron las catacumbas de San Calixto. Después de la comida dedicaron la tarde a conocer algunos emplazamientos característicos de la Ciudad eterna: la iglesia de Santa María de la Paz; la parroquia que alberga dos de las obras más sublimes del italiano Caravaggio, donde pudieron contemplar el lienzo de la crucifixión de San Pedro y el de la conversión de San Pablo; etc. Tras descansar y cenar en el Colegio Español, dedicaron el resto de la jornada a pasear y tomar un típico helado italiano.

Si los dos primeros días del viaje fueron más culturales, desde el miércoles 9 iban a estar centrados en el Encuentro mundial sacerdotal. Dado que las previsiones de participantes habían superado a los organizadores, los peregrinos de lengua española (junto con algunos otros) tuvieron como centro y eje de las siguientes jornadas la Basílica de San Juan de Letrán (mientras que otros grupos lingüísticos lo tuvieron en San Pablo extramuros). Desde esa Basílica los sacerdotes sorianos siguieron la meditación que dirigió a todos los participantes el Cardenal de Colonia (Alemania), Joachim Meisner. Seguidamente hubo tiempo para la oración personal ante el Santísimo para culminar la mañana con la Santa Misa presidida por el Secretario de la Congregación vaticana del Clero, el arzobispo Mauro Piacenza.

Después del almuerzo, los peregrinos sorianos visitaron la iglesia que, según la tradición, custodia la «sancta scala» (la escalara del pretorio de Pilato subida por Jesús) traída a Roma por Santa Helena, madre del emperador Constantino. Tras visitar los «excavi» de la Basílica de Letrán y su baptisterio, así como la iglesia de San Clemente, regresaron al Colegio Español para asearse, cenar y poder así, posteriormente, dar un paseo mientras degustaban un helado.

La mañana del jueves 10, centrada nuevamente en la Basílica lateranense, estuvo marcada por la meditación ofrecida por el Cardenal de Québec, en Canadá, Marc Oullet y por la Eucaristía presidida por el Arzobispo Robert Sarah, Secretario de la Congregación de la Santa Sede para la evangelización de los pueblos. La mañana concluía con la comida en un tradicional restaurante italiano, cercano al Vaticano, centro desde ese momento de lo que restaba del Encuentro mundial de sacerdotes.

Y es que a las ocho y media de la tarde de ese día el Papa Benedicto XVI presidía la Vigilia de oración en la Plaza de San Pedro a la que asistieron más de cinco mil sacerdotes. El Santo Padre, visiblemente emocionado, fue recibido por una cerrada y larga ovación que le tributaron todos los presentes. Uno de los momentos centrales de la Vigilia, que concluía cerca de las once de la noche, tuvo lugar cuando el Papa respondió, sin ayuda de papeles y desde el corazón, a las preguntas de cinco sacerdotes de los cinco continentes.

El momento culmen del Encuentro mundial tuvo lugar el viernes 11. En una Plaza de San Pedro absolutamente repleta de sacerdotes (más de quince mil, según todas las fuentes de información) Benedicto XVI presidía la Misa con la que clausuraba el Año Sacerdotal, proclamado por él mismo un año antes con motivo del 150º aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, y en la que hizo una bella defensa del sacerdocio ordenado católico. Tras cerca de casi tres horas de celebración y ya concluidos los actos del Encuentro mundial, los peregrinos sorianos comieron en un restaurante cercano al Castillo del Santo Ángel y dedicaron el resto de la tarde a recorrer Roma y realizar algunas compras.

Enlace a la galería de fotos: lunes 7

Enlace a la galería de fotos: martes 8

Enlace a la galería de fotos: miércoles 9

Enlace a la galería de fotos: jueves 10

Enlace a la galería de fotos: viernes 11

Enlace a la galería de fotos: sábado 12

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