Crónica de la Semana de oración por la unidad de los cristianos

Desde el martes 18 hasta el martes 25 de enero hemos celebrado la Semana de oración por la unidad de los cristianos. «Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración» (Hch 2, 4). Una semana repleta de encuentros y celebraciones en nuestra ciudad, y en la que hemos estado unidos en oración cristianos de las tres tradiciones principales: protestantes, ortodoxos y católicos. La Delegación de ecumenismo diocesana ha contado en todo momento con el apoyo y colaboración de la Comunidad ortodoxa rumana, al frente de la cual está el padre Juan Ionita, acompañado siempre por su esposa Alina; la familia de baptistas procedente de Texas, afincada actualmente en Soria, formada por Anjani y Jim Cole y sus hijos Carson y Curry Ann; y ha podido disfrutar con la presencia de algunos miembros de la comunidad evangélica con sede en la plaza de la Paz de la capital.

Los actos preparados por la Delegación y los hermanos participantes comenzaron el martes 18 con la conferencia impartida por Ángel Hernández Ayllón, Delegado de ecumenismo y diálogo iInterreligioso de la Diócesis de Osma-Soria, sobre el tema: «Vaticano II: un despertar hacia la unidad». La charla tuvo lugar en la Sala «Gaya Nuño» de Caja Duero a las ocho de la tarde. En la mesa acompañaban al conferenciante y a su equipo de la Delegación, representantes de otras tradiciones, el padre Juan, ortodoxo rumano, y Anjani Cole, baptista.

«Para unirse hay que amarse, para amarse hay que conocerse, para conocerse hay que encontrarse, para encontrarse hay que buscarse». Esta célebre cita del Cardenal Mercier, anexo al título de la conferencia, condensaba el espíritu y marcaba las pautas de las palabras de Ángel Hernández Ayllón, que dieron una visión general de lo que ha sido el movimiento ecuménico desde su origen hasta nuestros días. Destacó la importancia del Vaticano II en este sentido, ofreció informaciones, datos y anécdotas interesantes y emocionantes, proporcionó claves para profundizar en cada uno de los aspectos tratados, y compartió con los asistentes -que llenaban el salón de actos- la realidad más cercana, la realidad local de las diversas Iglesias y comunidades eclesiales de Soria. Una charla muy interesante, clarificadora, dinámica y expresiva, con un inequívoco espíritu de llamamiento hacia la unidad en la fe y el Amor de Cristo.

El miércoles 19 la cita ecuménica se desplazaba a la Casa diocesana «Pío XII» donde se proyectó la película documental «Ut unum sint», que cuenta los cuarenta años de ecumenismo, desde que la Iglesia Católica se uniera al movimiento ecuménico del que ya formaban parte Iglesias y comunidades eclesiales protestantes y ortodoxas. La sala de conferencias en la que se proyectó la película se llenó de asistentes, y contó con la presencia -una vez más- de representantes de las distintas confesiones.

El viernes 21, tuvo lugar la celebración de la Oración ecuménica. Fue a las ocho de la tarde en la parroquia de Santa María La Mayor. Presidieron la celebración el P. Juan Ionita, sacerdote ortodoxo rumano, el ministro evangélico Jim Cole y el sacerdote católico Ángel Hernández Ayllón. Oración común, lectura de la Palabra, gestos de reconciliación, adoración conjunta de la Cruz, reflexión, meditación, cantos de Taizé, música de adoración y alabanza… Todo se desarrolló en un ambiente de gran fraternidad y sintonía. Los abrazos entre los asistentes y la alegría del encuentro, del compartir, llenaron de esperanza el corazón de los participantes. Una oración en la que todos miraban en la misma dirección, Cristo, dejándose llevar por un mismo pensar y un mismo sentir. Tras la oración se celebró una cena fraterna que transcurrió, como siempre, en un clima de amor y hermandad.

El sábado 22, la oración se trasladó a la calle. Movidos por el deseo de orar juntos y portando literalmente un estandarte en el que se podía leer con claridad la palabra Ecumenismo, una treintena de hermanos se reunieron a las cinco de la tarde en el Sagrado Corazón de Jesús del Castillo y comenzaron un recorrido de oración por los cristianos perseguidos en el mundo y por la unidad de los cristianos.  Se empezó desde lo alto, divisando toda Soria, con música, guitarras, y megafonía, y el grupo de hermanos unidos en oración enfrentó la heladora tarde soriana dispuestos a que su oración fuera poderosa y diera mucha gloria a Dios. En cada uno de los puntos del recorrido (Sagrado Corazón de Jesús, Alto de la Dehesa, Plaza de Herradores y Plaza del Rosel) oraciones de San Francisco, Teresa de Calcuta y Juan Pablo II, y plegarias y peticiones a favor de los cristianos que sufren persecución e incluso mueren mártires de su fe en nuestros días, en nuestro mundo. La Palabra, la oración y el testimonio de cristianos unidos en el Amor de Cristo recorrieron las calles de Soria.

El domingo 23, a la una y media del mediodía, de nuevo se celebró un encuentro ecuménico. Fue con ocasión de la lectura del Manifiesto por la Vida que cada mes convoca la Asociación provida «Signo de Vida» en la Plaza Mayor de Soria. El lema en esta ocasión fue rotundo: «Cristianos por la Vida». La presentación y organización del evento estuvo a cargo del delegado de ecumenismo y diálogo interreligioso, Ángel Hernández Ayllón, y el presidente de Signo de Vida, el Dr. José Luis Martín Marín. La lectura del manifiesto la realizaron tres mujeres cristianas: Alina Ionita, ortodoxa rumana; María, evangélica; y Anjani, baptista. Una vez más, palabras en defensa de la sacralidad de la vida humana, de denuncia ante los atentados que se cometen contra ella (incluso desde la legislación). Palabras en contra del aborto y la destrucción de la familia, y a favor de la vida. Durante el minuto de silencio por los niños no nacidos, todos los asistentes unieron sus manos en señal de unidad. De nuevo, un especial momento de oración en el que cristianos de diferentes tradiciones (Iglesia Ortodoxa Rumana, comunidades evangélicas y baptistas, e Iglesia católica) unieron sus voces y sus corazones para dirigirse al Padre. La concentración finalizó con la música y alegría, con el baile y las sonrisas de los más jóvenes de «Signo de Vida» que, junto a todos los presentes, celebraron la vida.

Finalmente, el martes 25 de enero, se clausuró la semana con la Santa Misa celebrada a las siete y media de la tarde en el templo parroquial de Santa María la Mayor. Fue celebrada por Ángel Hernández, quien estuvo acompañado en el presbiterio por el P. Juan Ionita, sacerdote ortodoxo rumano, Jim Cole, ministro baptista, y Rafa, hermano carmelita. Una preciosa celebración llena de fraternidad y esperanza. En la homilía, el P. Ángel Hernández Ayllón habló de la importancia del compromiso en el camino de la reconciliación, una tarea que todos debemos asumir como propia y que exige una apertura de los corazones para acoger la diversidad no como distinción sino como elemento de enriquecimiento de la Iglesia de Cristo. Unidad en la diversidad. En ese sentido, anunció que la Delegación de ecumenismo y diálogo interreligioso seguirá trabajando con esfuerzo y ánimo e irá proponiendo y esperando con constancia nuevos pasos en el caminar con los hermanos de otras confesiones. Hizo a su vez un llamamiento para que todos hiciéramos un esfuerzo por encontrarnos en el Camino, porque el camino es Cristo. Al acabar la celebración, todos los fieles se acercaron a recibir la bendición de manos del P. Juan, de Jim y del P. Ángel. Un momento de gran carga emotiva y de enorme valor como gesto de voluntad inequívoca de encuentro y de paz en el camino de la unidad.

Después de la Misa fue expuesto el Santísimo y se realizó el rezo de Vísperas. Más tarde, los miembros de la Delegación junto a los hermanos ortodoxos y baptistas compartieron una cena de fraternidad, con gran alegría y amor. En ella se brindó por la unidad en nombre de Cristo.

La semana ha concluido pero en la parroquia de Santa María la Mayor continúa la Exposición sobre ecumenismo que se ha preparado con ocasión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos. En ella se puede hacer un recorrido por lo que ha sido la historia de divisiones de la Iglesia en un primer momento y sobre todo del desarrollo del movimiento ecuménico desde su surgimiento, a través de doce paneles explicativos. Dos de ellos dedicados a la comunidad de Taizé, modelo de comunidad ecuménica. También se puede contemplar una preciosa colección de fotografías, testimonio gráfico de la historia del ecumenismo, de sus protagonistas y acontecimientos principales. También se pasarán proyecciones interesantes. La Exposición está presidida por la cruz de Taizé y un icono de la Virgen María.

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