La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) juntamente con la JOC (Juventud Obrera Cristiana) ha suscrito un comunicado ante el Día de la mujer trabajadora, que se celebra hoy, 8 de marzo. Este manifiesto ha sido apoyado por la HOAC de Osma-Soria.
En el mismo, HOAC y JOC afirman que «el 8 de marzo es un día para rememorar el pasado y ser agradecidos (…); para observar el presente y hacernos eco de la realidad; y también para mirar al futuro y lanzarnos valientemente hacia él». Ambas organizaciones católicas son conscientes de que en los últimos años «nuestras sociedades occidentales han conseguido grandes avances y el lugar de la mujer en la sociedad ha mejorado notablemente», si bien esta realidad occidental no se corresponde con la del resto del planeta «donde las mujeres representan el 70% de la población mundial en situación de pobreza; donde una mujer muere cada minuto en algún lugar del mundo a consecuencia de las complicaciones de su embarazo o de su parto; donde existen profundas desigualdades en el reparto de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos; y donde las mujeres, si pueden acceder al trabajo, lo hacen en las categorías inferiores de las escalas laborales y con peor retribución que los hombres».
«En este Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la JOC y la HOAC, afirman, movimientos especializados de Acción Católica en el mundo obrero, nos comprometemos en nuestra tarea a un esfuerzo pastoral, en consonancia con la Doctrina Social de la Iglesia, para trabajar por el sueño de la igualdad de derechos, igualdad de oportunidades y progreso para todos y todas: «hoy más que nunca, la Iglesia es consciente de que su mensaje social se hará creíble por el testimonio de las obras, antes que por su coherencia y lógica interna»» (Juan Pablo II en la Encíclica Centesimus annus)
Finalmente, HOAC y JOC invitan en su manifiesto «al conjunto de la sociedad a no permanecer impasible ante las situaciones de deshumanización y empobrecimiento de tantas mujeres. Este día es una llamada al compromiso y a la denuncia profética, a la reflexión y a la acción, sabedores y sabedoras de nuestra capacidad para organizar la vida social desde la igualdad y desde el respeto a la diversidad de cada hombre y mujer».