El sábado 2 de abril, la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros de Ágreda organizó un homenaje al que durante 38 años ha sido su párroco, Saturio Lapeña Cervero, recientemente jubilado.
La jornada comenzó a las 12 de la mañana con la Santa Misa en acción de gracias que fue concelebrada por catorce sacerdotes (entre ellos su hermano, Jesús Lapeña Cervero, y los párrocos de Ágreda, Alberto Blanco Blanco y Alberto de Miguel Machín) y que estuvo presidida por el homenajeado. En la Basílica agredeña se reunió un gran grupo de feligreses, amigos y familiares. A lo largo de la Eucaristía intervinieron miembros de los distintos consejos parroquiales, cofradías y grupos de la parroquia.
En la homilía, D. Saturio dio gracias a Dios por los beneficios que le había concedido a lo largo de todos estos años; también agradeció la cercanía y el trabajo realizado por todas las personas que habían colaborado con él, tanto laicos como sacerdotes, y pidió perdón a todas aquellas personas a las que hubiese podido ofender.
En el momento después de la Sagrada Comunión, hubo un tiempo para los agradecimientos. En primer lugar, Mª Jesús Ruiz hizo una semblanza de D. Saturio desde el momento de su llegada a Ágreda hasta la fecha actual. En un tono cercano y lleno de anécdotas, glosó los distintos momentos del trabajo realizado por el homenajeado, tanto en el ámbito religioso, como cultural y social. A continuación, Jesús Manuel Alonso, Alcalde de la Villa, entregó la medalla del Ayuntamiento de Ágreda. También se leyó una carta enviada por el Obispo de Santander, Mons. Vicente Jiménez Zamora, para el acto. Así mismo, miembros de la Cofradía de la Virgen de los Milagros le entregaron una medalla conmemorativa de la patrona de Ágreda. Finalmente, los párrocos leyeron algunos correos electrónicos a través de los cuales se hicieron presentes en la celebración algunos misioneros de Ágreda que están en Zimbabwe, Brasil, Vietnam e Israel, así como trasladaron los mejores deseos de las MM. Concepcionistas, de las MM. Agustinas -trasladas hace no muchos meses a Lekeitio- y de la Hermanas de la Caridad. Finalmente, la parroquia entregó como regalo una imagen de la Virgen sedente juntamente con la colecta del día.
Después de la Eucaristía, todos los presentes disfrutaron de un ágape en los soportales del complejo parroquial. El día soleado permitió disfrutar no sólo de las viandas sino de un hermoso tiempo de convivencia.
Ya a las dos y media comenzó la comida en un restaurante de la localidad. Doscientas treinta comensales, entre los que había niños, jóvenes y adultos, disfrutaron de una exquisita comida en la que se pudo degustar la especialidad de la casa -el bacalao- y que puso el broche de oro a este emotivo homenaje a D. Saturio Lapeña Cervero.