El sábado 14 de mayo, la joven hermana clarisa Sor María Esperanza de Jesús Eucaristía ha emitido su Profesión solemne según la Regla de Santa Clara.
Lo ha hecho en una celebración que ha tenido lugar en el Monasterio de las Hermanas pobres de Santa Clara, de la ciudad de Soria, a las doce de la mañana, y que ha estado presidida por el Obispo de la Diócesis de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, al que han acompañado una decena de sacerdotes, entre quienes se encontraban los dos tíos gemelos de Sor María Esperanza y el capellán del Monasterio, el franciscano Francisco Jimeno.
La joven, de Extremadura, de donde han llegado decenas de familiares y amigos que han llenado la iglesia de Santo Domingo, forjó su vocación -según su propio testimonio- en una familia profundamente cristiana que le inculcó desde su más pronta infancia «una tierna y confiada devoción a nuestra Madre del Cielo».
La joven profesa se ha mostrado a lo largo de toda la celebración muy emocionada, especialmente en el diálogo que ha mantenido con el Obispo diocesano al pedir la admisión perpetua en la Orden de San Francisco y Santa Clara; en el momento de emitir su profesión perpetua con las manos unidas a las de la madre abadesa; en el momento -al final de la Eucaristía- de dar gracias a todos los presentes; o cuando se ha leído la especial bendición que Su Santidad Benedicto XVI ha enviado desde Roma.
Sor María Esperanza ha confesado que desde pequeña se preguntaba cuál sería la voluntad de Dios sobre su vida. Miembro, desde joven, de la Legión de María, pensó en formar una familia cristiana en la que servir a Dios; sin embargo ella sentía la certeza de que era Dios quien la llamaba.
Con esa certeza hace seis años entró en el Monasterio de Santo Domingo donde, años después, emitiría sus votos temporales y donde el 14 de mayo se ha consagrado a Dios para siempre siguiendo a Jesucristo al estilo de San Francisco de Asís y Santa Clara.