Inicio de las actividades de formación en la Unión Eucarística Reparadora (UNER)

Un grupo de treinta fieles que forman parte de las «Marías de los Sagrarios», asociación vinculada a las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, fundadas por el beato Manuel González García, iniciaron el jueves 13 de octubre las actividades del Curso pastoral con la celebración de la Santa Misa en la capilla de la casa de las Hermanas nazarenas.

El asesor diocesano, Julián Callejo Matute, fue el encargado de presidir la celebración y de exponer a las presentes las líneas de la Programación pastoral diocesana para este Curso aplicadas al ámbito de la espiritualidad propia de la UNER. La adoración eucarística ante el Santísimo Sacramento y el envío de las «Marías de los Sagrarios» con la entrega del Evangelio y la plegaria del beato Manuel González fueron los otros dos momentos más significativos de la tarde.

Aunque la jornada del día 13 estuvo centrada en la capital soriana, las nazarenas se hacen presentes de forma habitual en varias parroquias de la Diócesis para difundir, promover, alentar y acompañar este movimiento de espiritualidad y de apostolado eucarístico.

La UNER en Osma-Soria celebra mensualmente (el día 4) un encuentro de formación y oración, con la exposición del Santísimo en la capilla de las nazarenas, si bien también cada semana se trabaja en el denominado «ropero eucarístico».

Pincelada histórica

La Unión Eucarística Reparadora es un movimiento de espiritualidad y apostolado eucarístico fundado en 1910 por el beato Obispo palentino, Manuel González García. Desde sus orígenes se inserta en la pastoral parroquial y diocesana. Las claves de su espiritualidad están centradas en la llamada a la santidad; en dar una respuesta de amor al amor de Cristo Eucaristía abandonado; y en asumir un compromiso evangelizador, uniendo a los dos grandes abandonados: Cristo Eucaristía y el pueblo, especialmente aquellos que más sufren. Todo ello realizado, en palabras del asesor espiritual diocesano, «con el espíritu que nuestro Obispo nos decía el día de la inauguración del Curso pastoral: «trabajar con alegría, con esperanza, convencidos de que ofrecemos lo mejor, lo que realmente puede salvar a las personas, lo que va a dar sentido a lo que el hombre de hoy anda buscando»».

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