Sor María de Jesús y la vocación

El martes 9 de octubre, la comunidad concepcionista de Ágreda vivía una jornada de júbilo: después de dieciocho años de sequía vocacional, el monasterio fundado por Sor María de Jesús aumentaba el número de religiosas con la Profesión solemne de Sor Vianney María y Sor Patricia María de la Trinidad.

Ambas neoprofesas sintieron una llamada especial del Señor en sus países natales: Sor Vianney en Venezuela y Sor Patricia en Méjico. A ambas les une no solamente su continente de origen sino también el haber vivido un proceso de maduración en la fe dentro de la nueva realidad eclesial denominada Camino Neocatecumenal. A instancia de sus catequistas, comprendieron que la voluntad de Dios les llevaba a realizar una experiencia vocacional en Ágreda (para ellas, en aquel momento, un remoto lugar en España). Sor Vianney llegaba a nuestra diócesis el 27 de octubre de 2004 y Sor Patricia el día 7 de junio de 2006; a partir de entonces sus vidas han corrido paralelas en el postulantado y toma de hábito, coincidiendo en la Profesión simple que fue el 17 de agosto de 2009.

La alegría iniciada por esta Profesión solemne continúa gracias a la llegada de otras dos jóvenes (también desde el continente americano -Méjico y Ecuador- y desde el neocatecumenado) que han iniciado un tiempo de discernimiento en torno a la vida contemplativa. El imán, que atrae y hace permanecer a estas jóvenes en la vida conventual, es la Venerable que, desde este monasterio, fue una precursora en la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción dentro del plan salvífico del Padre.

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