Decenas de fieles y un nutrido grupo de sacerdotes (entre quienes se encontraba el capellán del Monasterio, el franciscano Francisco Jimeno) fueron testigos de la Profesión solemne de Sor María Inmaculada de la Cruz, joven religiosa clarisa, del Monasterio de Santo Domingo (Soria). Sor María Inmaculada rubricaba su «sí» definitivo a Dios en una ceremonia que fue presidida por el Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, el sábado 24 de noviembre.
La joven profesa se mostró a lo largo de toda la celebración muy emocionada, especialmente en el diálogo que mantuvo con el Obispo diocesano al pedir la admisión perpetua en la Orden de San Francisco y Santa Clara; en el momento de emitir su Profesión solemne con las manos unidas a las de la madre abadesa, Sor Ignacia María; o en el momento, al final de la Santa Misa, de dar gracias a Dios y a todos los presentes.
