El Domingo 28 de abril, V Domingo de Pascua, el Seminario diocesano «Santo Domingo de Guzmán» celebra el Día de las familias. A esta jornada festiva están invitadas las familias de los seminaristas así como sus sacerdotes, de forma especial, para compartirla con los formadores de la Casa, el profesorado y todos los colaboradores del Centro vocacional. A las siete de la tarde, en la Capilla de Santo Domingo, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, Obispo de Osma-Soria, presidirá la Santa Misa, dentro de la cual el seminarista mayor de la Diócesis, Pedro L. Andaluz Andrés, recibirá el ministerio del acolitado. Terminada la misma, todos los asistentes compartirán un vino español en los comedores del Seminario.
En este curso 2012/2013 son catorce los chicos que se forman en el Seminario Menor mientras que uno lo hace en el Seminario Mayor, estudiando este último durante la semana en la Facultad de Teología del Norte de España -con sede en Burgos- y regresando a la Diócesis los fines de semana.
Ministerio del acolitado
El acolitado es uno de los denominados ministerios laicales. El acólito se designa para ayudar al diacono y asistir al sacerdote. Es su deber, por lo tanto, ayudar en el servicio del altar y asistir al diacono y al sacerdote en celebraciones litúrgicas, especialmente en la celebración de la Santa Misa; también puede distribuir la comunión como un ministro especial. En circunstancias extraordinarias a un acólito se le puede confiar el exponer públicamente el Santísimo Sacramento para la adoración de los fieles, y después guardarlo, pero no bendiciendo a la gente.
Siendo elegido de una manera especial para el servicio del altar, el acólito debe aprender todas las cuestiones con respecto a la adoración divina pública y esforzarse para comprender su significado espiritual interno. De acuerdo a la tradición antigua de la Iglesia, la institución al ministerio del lector y acólito está reservada a los hombres, como recordó el Papa Pablo VI en la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Ministeria Quaedam por la que reformó en la Iglesia latina la disciplina relativa a la primera tonsura, a las órdenes menores y al subdiaconado.