Convivencia de Confirmación en el santuario de Inodejo

El sábado 27 de abril, más de 140 jóvenes de toda la Diócesis se dieron cita en el pueblo de Las Fraguas. A partir de las 10.30 h. fueron llegando los jóvenes procedentes de las parroquias de Almazán, El Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz, Medinaceli, Vinuesa, San Leonardo de Yague, Navaleno, Covaleda, Duruelo de la Sierra, Golmayo-Camaretas y las parroquias de San José, El Salvador y San Pedro de la capital soriana. Estos jóvenes iban acompañados de sus sacerdotes y de un buen grupo de catequistas.

Después de distribuir a los chavales en 8 grupos empezamos a caminar hacia el santuario de Inodejo. El camino fue precioso pues el día nos recibió con una nevada que, acompañada del sol que brillaba, recreaba la vista y el corazón. Fue un camino en el que se les invitó a que se conocieran. Después de poco más de media hora, el santuario recibió a los peregrinos, que después de tomar unas galletas, entramos en «La casa del pueblo», donde se desarrolló la convivencia. Comenzamos con el desafío que Rafiki le hace a Simba en «El rey león», clásica película de Walt Disney: «¿quién eres? Has olvidado quién eres… Él vive en ti… Mira en tu interior, eres más de lo que eres ahora…».

Después del inicial desafío y planteamiento, José Luis y Alfredo (dos jóvenes de la parroquia de La Mayor) nos dieron la enseñanza de Josué: «¡Vive conforme a quién eres! ¡No tengas miedo!». Es una enseñanza que, partiendo de los personajes bíblicos Josué y Caleb, nos muestra la realidad de los jóvenes en el momento de afrontar su fe. La enseñanza les hizo varios desafíos a los jóvenes: la tierra prometida que iban a habitar la tenían que conquistar; en la fe nos ocurre lo mismo: nos tenemos que conocer, amar y finalmente conquistar. Josué y Caleb, al igual que los otros diez espías que fueron a la tierra prometida, vieron las maravillas y el gran regalo que Dios les hacía pero Josué y Caleb, a diferencia de los otros diez, no se acobardaron por los problemas sino que fueron capaces de afrontar las dificultades como retos y desafíos. Otra enseñanza para los jóvenes muy importante fue recordarles que Josué no estaba sólo, estaba también Caleb, podían ser minoría, pero minoría de Dios. Al final de la enseñanza, Alfredo les desafió a los jóvenes diciéndoles: «¡No tengáis miedo a perder vuestra juventud, más bien tened miedo de desperdiciarla en cosas que no valgan la pena! No tengáis miedo a la radicalidad de Dios. No tengáis miedo a entregar lo mejor de vuestra vida. No tengáis miedo a entregar vuestra vida a ideales grandes y verdaderos. No tengáis miedo a vivir desde el Evangelio».

Tras un breve descanso, siguió un trabajo por grupos sobre la enseñanza que habíamos recibido. Los chavales reflexionaron sobre cuestiones como: ¿Con qué grupo te identificas: Josué y Caleb o con los otros diez? ¿Por qué? ¿Te es difícil vivir la fe? ¿Qué gigantes (dificultades) tienes que enfrentar para vivir la fe? ¿Te sientes solo al vivir la fe? ¿Qué medios crees que tienes para poder afrontar y vencer los gigantes que dificultan tu vida de fe? La puesta en común fue muy rica. En ese momento se unió nuestro Obispo que venía de la Visita Pastoral a la UAP de El Burgo de Osma-Ucero. A continuación, comimos y tuvimos unos juegos.

Por la tarde tuvimos un espacio de testimonios: José Luis, Alfredo, Rosa Mari y Martín Valverde (en video). Es muy importante para los chicos tener referentes, otros jóvenes que les digan a los jóvenes que es posible vivir en cristiano, celebrar la fe, apasionarse con Jesús e iluminar su vida desde los ideales del Evangelio. Fue bonito pues nadie ocultó las dificultades que tienen para vivir la fe pero, a la vez, mostraron la aventura apasionante que supone seguir a Cristo.

Después acudimos al santuario a encontrarnos con la Señora del lugar, Nuestra Señora de Inodejo, una imagen tierna y maternal de María. Fue una oración sencilla: desde el símbolo de la guitarra ver cómo tenemos que afinarnos en las manos y en el tono de Dios. D. Gerardo animó a los chicos y chicas a no acobardarse ante las dificultades y gigantes que pueden encontrar en sus vidas para vivir la fe. Les desafió desde el Evangelio y les animó a que después de la Confirmación sigan viviendo la fe, compartiéndola con otros y formando parte de la comunidad cristiana.

Al final de la oración, el capellán del santuario había preparado una vela en la que aparece la imagen de la Virgen de Inodejo y el anagrama del Año de la fe; los chicos y chicas se despidieron y se pusieron en camino de vuelta a sus lugares de origen.

Debemos dar muchas gracias al Señor por el día que nos regaló; gracias por el esfuerzo de las parroquias, sacerdotes y catequistas, por todo el trabajo que se está haciendo con estos chicos y chicas. Gracias a Manuel Tejada Rubio, el capellán, y a la Concordia de Inodejo por la generosidad y por la alegría con la que recibieron la iniciativa de acoger a nuestros jóvenes. Que Dios cuide de cada uno de ellos y les haga valientes para vivir la fe.

Enlace a la galería de fotos

Ángel Hernández Ayllón

Párroco de La Mayor (Soria)

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