El 1 y 2 de febrero se celebró en Madrid el XIII encuentro de profesionales sanitarios cristianos (PROSAC). De nuestra Diócesis asistimos José Antonio Encabo, delegado episcopal de pastoral de la salud, y yo como profesional sanitaria, Maite Gonzalo. Las jornadas se dedicaron a reflexionar sobre la presencia cristiana en el mundo de la salud (con especial atención a la Exhortación apostólica Evangelii gaudium) con una gran calidad de las ponencias, en ambiente de fe y cordialidad.
La primera ponencia abordó los desafíos actuales en el mundo de la salud, partiendo del hecho de que la sociedad tiene múltiples heridas que hay que descubrir; la Iglesia tiene que ser madre y sanadora, la primera samaritana. Para ser sanador y evangelizador hay que ir a lo esencial del Evangelio, tener un encuentro personal con Jesús, conocer nuestra herida, acepar nuestro dolor, valorar íntegramente a la persona y dedicar nuestro tiempo. La segunda ponencia se dedicó a hacer un profundo recorrido y reflexión sobre la Exhortación apostólica del Papa buscando una renovada respuesta de los PROSAC desde este documento pontificio.
La jornada del Domingo se dedicó a reflexionar sobre lo que se pide y pueden aportar los profesionales sanitarios cristianos, invitándonos a dar una respuesta renovada desde el Evangelio; aportando nuestra experiencia, formación y sensibilización hacia el mundo del dolor. Por eso, se recordó, la pastoral de la salud da la posibilidad de ser Iglesia, de formar parte de la misión de la Iglesia, de evangelizar en el mundo de la enfermedad, descubrir nuevos rostros de sufrimiento; en definitiva, crecer en fe y caridad.
Animo a los profesionales sanitarios cristianos de la Diócesis a salir de nuestro aislamiento, ser activos y participar en asociaciones como PROSAC que nos ayuda a ver que no estamos solos y a descubrir la alegría de anunciar el Evangelio.
Maite Gonzalo
