El 11 de febrero, con motivo de la memoria de Nuestra Señora de Lourdes, se celebró en nuestra Diócesis la Jornada del enfermo. Desde la Delegación episcopal de pastoral de la salud -unidos a la Iglesia universal- se desarrollaron unos actos preparados para recordar a los enfermos y manifestar nuestro compromiso con el mundo de la salud.
Primero participamos en la Santa Misa, en un ambiente de unidad y colaboración, presidida por el delegado episcopal de pastoral de la salud, José Antonio Encabo Yagüe, quien nos transmitió el saludo y cercanía de nuestro Obispo que no pudo asistir personalmente. De esta celebración, vivida con fe y fervor, destaco la acertada homilía que se centró en el lema elegido para este año «Salud y sabiduría del corazón» y de la que destacaría dos ideas: por un lado, el recuerdo a que Dios es el único que puede salvarnos, curar, aliviar nuestras heridas y enfermedades ya sean sociales, físicas, o espirituales; por otro, la necesidad de tratar a los enfermos con la sabiduría del corazón, actuar con ellos como se comportaba Cristo, con misericordia, aceptación y sin juzgar, descubriendo y viendo el rostro de Cristo en cada enfermo.
Posteriormente tuvimos un tiempo de convivencia en el que compartimos viandas, conversaciones y el deseo de seguir trabajando con ánimo y esfuerzo en la tarea de acercar el Evangelio a los más desvalidos, llevándoles el consuelo de la Iglesia con la ayuda de Dios.
Así vivimos esta Jornada que inaugura la campaña del enfermo hasta la celebración de la Pascua del enfermo el VI Domingo de Pascua (10 de mayo).