Tras el reciente atentado contra refugiados cristianos en República Centroafricana, Mons. Jesús Ruiz Molina, Obispo auxiliar de Bangassou, acaba de regresar de visitar una parroquia en la frontera con la Diócesis de Alindao, donde se ha producido la masacre. “Han matado a 42 personas, entre ellos dos sacerdotes, el Vicario General y un párroco. Han incendiado el presbiterio, han saqueado el Obispado, el Obispo ha conseguido refugiarse en la MINUSCA (la ONU); los cascos azules de Mauritania no han hecho nada para defender a la población, se han quedado mirando cómo los mataban”, ha asegurado a la Delegación de medios de la Diócesis de Osma-Soria.
Mons. Ruiz Molina se mostraba “indignadísimo” ante una situación que se prolonga en el tiempo desde hace varios años: “Llevan masacrando a la población desde hace 5 o 6 años, todos los días. Esta vez ha sido la masacre de la población más indefensa, mujeres y niños. Han matado todo lo que se movía”.
En la Diócesis de Bangassou, “a 200 kilómetros de la zona de los atentados”, la situación está más tranquila “gracias al ejército nacional”.
El Obispo auxiliar mostraba su perplejidad porque el grupo rebelde, “liderado por un mercenario nigeriano, Alí Daras”, se denominen “UPC, Unión para la Paz en Centroáfrica”. Y ha denunciado “la complicidad de la ONU”: “Esta vez, como tantas otras, no ha hecho nada. Lo único que nos queda es llorar a los muertos y pedir que haya otra Justicia distinta a ésta. La ONU no hace nada, no ha hecho nada nunca. Estamos indignadísimos”.
“Los refugiados, que están indefensos desde hace año y medio, asediados por las hordas musulmanas, han sido ahora atacados de una manera brutal, matando a diestro y siniestro. Ésa es nuestra indignación y nuestro grito frente a un orden internacional, llamado ONU, que es la hipocresía más grande”, ha asegurado Mons. Ruiz Molina desde su Diócesis. “Nosotros seguimos confiándonos a lo único que nos queda, rezar y confiarnos a Dios porque «desgraciado el que confía en los hombres» (cfr. Jer 17, 5), y sobre todo en estos hipócritas que se hacen pasar por políticos”, concluía.
También el Papa Francisco, en un reciente Ángelus, denunció con tristeza la violencia en República Centroafricana: “Con dolor he recibido la noticia de la matanza realizada hace dos días en un campo de refugiados en República Centroafricana. Recemos por los muertos y los heridos, para que se detenga toda violencia en ese amado país que tanto necesita la paz. Recemos juntos a la Virgen”.
