Las MM. Concepcionistas de Ágreda han celebrado los 400 años de la fundación del Monasterio

Mons. Abilio Martínez Varea, Obispo de Osma-Soria, presidió el domingo 13 de enero la Santa Misa para dar gracias a Dios por los 400 años de existencia del Monasterio de las MM. Concepcionistas de Ágreda; la celebración tuvo lugar a las 12.30 h. y para prepararla se celebró un triduo desde el jueves 10 de enero.

Historia de la fundación

Hacia el año 1615 los padres de la Venerable Sor María de Jesús, Francisco Coronel y Catalina de Arana, tomaron una decisión desconcertante para la población agredeña: convertir el hogar familiar en convento concepcionista. Todo sucedió de forma muy original: Catalina Arana había tenido una visión en que se le decía debía hacerse religiosa y convertir su casa en convento. Fue a consultar su revelación con su confesor que vivía en el convento franciscano de San Julián, extramuros de la Villa. Con increíble sorpresa, se le hizo encontradizo su propio confesor, en un lugar que todavía se señala en el término de los muros del Convento, que venía a hablarle de la visión que había tenido también él sobre la fundación querida por Dios.

Ella y sus dos hijas, María y Jerónima, permanecerían en la casa familiar convertida en convento; el cabeza de familia ingresaría franciscano; los otros dos hijos ya habían optado por la vida religiosa como franciscanos.

El 1 de marzo de 1618 se firma la escritura por la que los Coronel-Arana donan su hacienda para la nueva fundación. Catalina Arana y sus hijas decidieron que la familia religiosa a la que se había de confiar la nueva fundación había de ser la Orden contemplativa de la Inmaculada Concepción, y de la rama estricta de las recoletas o descalzas. El 8 de diciembre se celebra la primera Misa en el improvisado convento y el 13 de enero de 1619 toman el hábito concepcionista María Coronel (cambiando su nombre de pila por el de Sor María de Jesús), su hermana Jerónima y Catalina, su madre. El padre, Francisco Coronel, ingresa en el convento franciscano de San Antonio de Nalda.

Para abrir el proyectado Monasterio y proceder a la erección canónica, vinieron del convento de San Luis de Burgos tres religiosas concepcionistas que iniciarán a las aspirantes en el espíritu de Santa Beatriz de Silva. La presencia de las monjas burgalesas en Ágreda duró cuatro años. Terminado el período de la formación de las primeras religiosas regresaron a su Monasterio de origen. Además, para dar nuevos vuelos al monasterio agredeño, llaman las nuevas profesas a otro grupo de tres monjas del Monasterio del Caballero de Gracia en Madrid; al cabo de otros cuatro años regresan también éstas a Madrid.

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