7 de octubre, Jornada mundial por el trabajo decente

La Diócesis se une a la celebración mundial por el trabajo decente que tendrá lugar el próximo 7 de octubre. Ese día, desde las 18 h., habrá una mesa informativa en la Plaza de San Esteban (Soria); a las 19.30 h., el Obispo presidirá la Santa Misa en la parroquia de la Mayor (Soria) para, a continuación, proceder a la lectura de un manifiesto en la Plaza de San Esteban.

En el contexto de esta jornada, el jueves 17 de octubre, tendrá lugar la presentación del libro “No os dejéis robar la dignidad. El Papa Francisco y el trabajo”, de Abrahám Canales Fernández; será a las 19.30 h. en el Casino Amistad Numancia. Esta obra de Ediciones HOAC, la primera de estas características que se edita en España, es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, que recoge el compromiso de Francisco con el trabajo decente, expresado en Evangelii gaudium y en Laudato si’.

El manifiesto

El manifiesto difundido para esta Jornada denuncia cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras aumenta el número de trabajadores y trabajadoras pobres. Bajo el lema “Frente a la indecente precariedad, trabajo decente, como Dios quiere”, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) -Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)- lanzan un manifiesto en el que denuncian “la indecente precariedad que sufre el mundo del trabajo” y urgen “a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas”.

Además se pone el foco en los efectos negativos de la precariedad laboral, que se traduce en “vidas truncadas, vulnerables y violentadas de personas explotadas y abusadas por contratos temporales y eventuales, con sueldos que no concuerdan con las horas realizadas, sin seguridad en el puesto de trabajo y sujetos a una flexibilidad que acaba quebrando la dimensión personal de las personas trabajadoras al imposibilitar una verdadera conciliación entre trabajo, familia, descanso, participación social y ocio”. Como se afirma en el manifiesto, “seguimos constatando cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras sigue aumentado el número de trabajadores y trabajadoras pobres”.

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