El Obispo, Mons. Abilio Martínez Varea, “consciente de la situación de especial emergencia que vive nuestra sociedad soriana”, ha ofrecido a las autoridades del Gobierno central y de la Junta de Castilla y León en Soria alguna de sus infraestructuras, “dignas y con posibilidades reales de uso según consideren nuestras autoridades”, para atender a enfermos afectados por el COVID-19 así como para el personal sanitario o el personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que lo puedan necesitar. En concreto, “queremos poner al servicio de la sociedad soriana la Casa de espiritualidad del Seminario, en El Burgo de Osma”, ha dicho el Obispo.
La Casa de espiritualidad “San Pedro de Osma”, situada en la planta superior del Seminario diocesano, cuenta con 25 habitaciones, pudiendo acoger a medio centenar de personas. En total, medio centenar de plazas que la Diócesis pone al servicio de las autoridades “como un signo concreto de caridad evangélica”.
“La Diócesis está rezando; sigue cuidando de sus pobres a través de la Cáritas central y de las Cáritas arciprestales y parroquiales; está cubriendo, a través de tantos cristianos de a pie y de sacerdotes, las necesidades de mayores que no pueden salir a la calle, etc.”, reconoce el Obispo, “pero queríamos dar este paso, si bien queríamos darlo de acuerdo con nuestras autoridades en el momento que fuera necesario”. “Agradezco de corazón la maravillosa labor de nuestra Cáritas que, en toda la provincia, sigue cuidando a más de 350 familias vulnerables; además, muestro mi más sincero agradecimiento a las HH. Clarisas de Soria y Medinaceli que han cosido cientos de batas y mascarillas para los sanitarios y para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de otras comunidades religiosas y fieles cristianos que sé que lo están haciendo”, indica Mons. Martínez Varea.
“Queremos mostrar, una vez más, que la Diócesis de Osma-Soria es hospital de campaña que quiere acoger a todos y estar cerca de los que más sufren; ante el grito de SOS de la sociedad soriana, como no lo hemos hecho nunca, no queremos ni podemos permanecer indiferentes”, ha concluido el Obispo.