Jornada Mundial de los pobres 2020: «Tiende tu mano al pobre»

El 15 de noviembre, domingo trigésimo tercero del tiempo ordinario, celebramos la IV Jornada Mundial de los Pobres. Esta Jornada fue instituida por el papa Francisco hace cuatro años como una llamada a poner nuestra mirada en lo esencial y superar las barreras de la indiferencia hacia los pobres y los que sufren.

Este año, con el lema: «Tiende tu mano al pobre», y en un contexto marcado por la pandemia de la COVID-19, esta Jornada es una llamada a cuidar de los más débiles y los más golpeados por esta crisis.

La Jornada Mundial de los Pobres va más allá de una simple colecta. No se trata de hacer algo «por» los pobres, sino «con» los pobres, favoreciendo el encuentro y el diálogo fraterno, para descubrir la fuerza salvífica contenida en ellos.
El cristia

no no es indiferente ante la situación que está viviendo nuestro mundo y ante los que más sufren sus consecuencias; al contrario, la contempla como el escenario donde Dios se hace presente para aliviar, sanar y consolar, y donde nos invita a colaborar con Él en la extensión del reino de Dios.

«Tender las manos al pobre es una invitación a la responsabilidad y al compromiso», leemos en el Mensaje del papa Francisco para esta Jornada, y es una ayuda a descubrir que dentro de cada uno existe la capacidad de realizar gestos que den sentido a la vida. Tender las manos no es algo opcional, sino expresión de la autenticidad de nuestra fe y la verificación de nuestra oración. Como dice el papa, oración y solidaridad son inseparables y ambas configuran el auténtico culto agradable al Padre.

Tender la mano es un signo evangélico que nos recuerda inmediatamente la proximidad, la solidaridad y el amor. En medio de esta pandemia, hemos de reconocer y agradecer todas «esas manos que han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo».

Siempre hemos que tener presente que la finalidad de nuestro compromiso y de nuestras acciones no puede ser otra que el amor. Este significa compartir, dedicarse a los otros y servir, pero todo comienza con el descubrimiento de que somos los primeros amados y, por ello, movidos al amor.

Mensaje del Santo Padre Francisco

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