Día del misionero soriano

Los misioneros diocesanos se reunieron el miércoles 18 de agosto en Ágreda para celebrar el día del misionero soriano, que siempre se celebra en torno a estas fechas. Les acompañó el Sr. Obispo de Osma-Soria en este día tan esperado cada año, y más en esta ocasión, puesto que el año pasado no pudo celebrarse a causa de la pandemia de coronavirus. Pero esta vez sí pudieron disfrutar de este día de encuentro fraterno y celebración los misioneros que han venido a pasar unos días de descanso, junto con sus familias y los voluntarios de la delegación de misiones.

La jornada comenzó sobre las once y media de la mañana, con la acogida de los participantes en la Basílica de la Virgen de los Milagros. A las 11.45 h el Sr. Obispo, los sacerdotes concelebrantes y los numerosos fieles que se acercaron al acto cruzaron la puerta santa, la puerta del perdón, en este año santo Mariano que estamos celebrando en la Diócesis. Dio la bienvenida en el interior de la basílica el párroco de Ágreda, D. Alberto Blanco, que explicó la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria en este templo jubilar, mediante las condiciones habituales, confesión, oración por las intenciones del Papa y participación en la eucaristía por medio de la comunión. A continuación, tras un momento dedicado a las confesiones, se celebró la eucaristía presidida por el Sr. Obispo D. Abilio Martínez Varea, a quien acompañaban varios sacerdotes, algunos de ellos misioneros, además del arzobispo emérito de Zaragoza, D. Vicente Jiménez Zamora. En su homilía, el Sr. Obispo agradeció la labor y entrega de los 89 misioneros diocesanos dispersos por el mundo e hizo hincapié en la idea de que es en el propio Bautismo donde nace la misión de todos. Y, con ella, la necesidad de hacer vivo el mando de Jesús de ‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio’, sin olvidar nunca su promesa: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20).

Una vez celebrada la eucaristía, el delegado de misiones, Alberto Cisneros, dio la palabra a los misioneros presentes: Paulina López Ridruejo (Kenia), Demetrio Jiménez (Venezuela), Emilio José Almajano (Camerún) y Jaime Soria (Brasil). Junto a ellos, el sacerdote José Luis Ruiz y la hermana Pilar Cacho, que han dedicado décadas de su vida a la misión en África, ambos en Zimbabwe, y el sacerdote Felipe Cid, misionero en Colombia en los últimos años. La última intervención corrió a cargo de Juan José Rodrigo, voluntario encargado de la recogida de papel, labor encomiable que tanto ha ayudado y ayuda al sostenimiento de nuestras misiones. Se recordó también a los misioneros que fallecidos en este último año y se proyectó en concreto un reportaje sobre una de las misioneras recientemente fallecidas, la hermana Rosa Abad, misionera en Zimbabwe. El Sr. Obispo cerró este interesante y agradable momento con unas palabras de agradecimiento y ánimo a estos decididos hombres y mujeres que llevan el evangelio a tierras lejanas, encomendándolos a la protección de la Virgen María, madre y consuelo en toda circunstancia. Seguidamente, todo el grupo se dirigió al parque de la Dehesa de Ágreda, donde compartieron la comida y una tarde de convivencia y encuentro fraterno.

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