El Sr. Obispo preside la Eucaristía de la Concordia del Santísimo Cristo de la Buena Dicha y de la Virgen del Rivero

El día 1 de mayo Mons. Abilio Martínez Varea presidió la procesión y la eucaristía de la Concordia del Santísimo Cristo de la Buena Dicha y de la Virgen del Rivero en San Esteban de Gormaz. La procesión, con los estandartes y cruces de los pueblos de la Concordia, comenzó en la Iglesia parroquial de San Esteban protomártir para terminar en la Iglesia de la Virgen del Rivero, donde tuvo lugar la Eucaristía.

Esta celebración se lleva a cabo desde, al menos, 1723, concretamente el 24 de noviembre (primera fecha de la que se tiene documentación), centrada en la iglesia de Santa María del Rivero y en la parroquia de San Esteban protomártir, templos guardianes de las imágenes de culto, protectoras del territorio en situaciones extremas, en las que se confía para mediar en la superación de estas vicisitudes.

Las poblaciones que componen la Concordia son ahora 32, aunque el número y el nombre de ellas ha variado a lo largo de los siglos. Alcozar,  Alcubilla del Marqués, Aldea de San Esteban, Atauta, Berzosa, Bocigas de Perales, Fuentecambrón, Ines, Langa de Duero, Matanza de Soria, Miño de San Esteban, Morcuera, Navapalos, Olmillos, Pedraja de San Esteban, Peñalba de San Esteban, Piquera de San Esteban, Quintanas Rubias de Abajo, Quintanas Rubias de Arriba,  Quintanilla de Tres Barrios, Rejas de San Esteban, San Esteban de Gormaz, Soto de San Esteban, Torraño, Torremocha de Ayllón, Valdanzo, Valdanzuelo, Velilla de San Esteban, Villálvaro, Zayas de Báscones, Zayas de Torre y Zayuelas son las localidades que en la actualidad constituyen la Concordia.

En origen, y tras una catástrofe, guerra, epidemia, inundación, sequía, alguna de las localidades de la Concordia solicitaba al Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz que se realizara el novenario y se sacara en rogativa a las imágenes del Santo Cristo de la Buena Dicha y de la Virgen del Rivero. Si el consistorio accedía, se hacía el voto para comenzar el proceso organizativo. Las localidades de la Concordia decidían la fecha de inicio y solicitaban al Obispo de Osma el permiso correspondiente. Se debía designar un predicador, el orden de preferencia de las procesiones y las casas de vecinos de San Esteban de Gormaz que habrían de alojar a los asistentes de cada una de las localidades.

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