El Obispo ha presidido hoy la ceremonia de apertura del Jubileo de la Esperanza en la Catedral de El Burgo de Osma. El próximo domingo, 5 de enero, la Concatedral será el escenario de la inauguración en Soria.
La Diócesis de Osma-Soria ha abierto hoy el Año Jubilar de la Esperanza con una celebración en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de El Burgo de Osma. La mañana comenzaba en la iglesia del Carmen con una breve estación como la que el Papa Francisco celebró en el atrio de la Basílica de San Pedro de Roma el pasado martes. Desde allí, la procesión se ha trasladado al templo catedralicio para la celebración central que también se realizará en la Concatedral de San Pedro de Soria el próximo cinco de enero.
En su homilía, Mons. Martínez Varea ha destacado la necesidad de vivir la misericordia de Dios y hacer a la vez obras de misericordia y signos de esperanza subrayando que el Año Jubilar “nos tiene que llevar a ser mejores discípulos”. El prelado ha pedido muy especialmente por la paz en el mundo recordando conflictos como el de Rusia y Ucrania, Israel y Gaza, Yemen o Líbano. Siguiendo la línea marcada por el Papa Francisco, para don Abilio “es más necesario que nunca que tengamos proyectos concretos de diálogo y negociación y que actúe correctamente la diplomacia internacional”. Además, añadía que para conseguir la paz mundial es fundamental la paz personal y que nos relacionemos entre nosotros sin usar palabra o acciones agresivas.
Esta apertura solemne del año jubilar resume la realidad de la vida cristiana como un peregrinaje. Durante todo el año 2025, y hasta la fiesta de la Epifanía de 2026, se celebrará el jubileo bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”; esta tradición hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y conmemora la salida del pueblo judío de la opresión egipcia. El primer jubileo se celebró en el siglo XIV, aunque tal y como se viven actualmente, comenzaron en el siglo XV. Cada 25 años se celebra un jubileo para dar la oportunidad a todas las generaciones de tener uno propio; el último ordinario lo presidió en el año 2000 el Papa San Juan Pablo II y entre 2015 y 2016 se celebró uno extraordinario bajo el signo de la Misericordia.
Para ayudar a los fieles a vivir este jubileo, la Diócesis ha organizado una serie de actividades que se desarrollarán durante todo el año. Uno de los actos centrales será la peregrinación a Roma, el próximo mes de octubre, para visitar las basílicas mayores, particularmente San Pedro, y ganar así la indulgencia plenaria, unida siempre a todo año jubilar.
A nivel parroquial y arciprestal, también se celebrarán peregrinaciones a las iglesias jubilares. Estas, además de Catedral y Concatedral, son la Basílica de los Milagros de Ágreda, la Iglesia de Campanario de Almazán, el Rivero en San Esteban de Gormaz, la Llana en Almenar, Inodejo en Las Fraguas, la Blanca en Cabrejas del Pinar, los Santos Nuevos en Almarza-San Andrés y la capilla del Hospital del Mirón de la capital.
Durante todo el año, en todas las celebraciones y jornadas se tendrá especialmente en cuenta la virtud teologal de la esperanza. Además, habrá una iniciativa social aún por concretar y varias exposiciones.