Celebrado el Día del misionero soriano 2013

El 1 de agosto, organizado por la Delegación episcopal de misiones, tuvo lugar el encuentro anual con los misioneros y sus familiares; antes de las once de la mañana llegaron a la ermita de la Virgen del Mirón (Soria) para disfrutar de una jornada de convivencia y fraternidad. Con una sencilla oración y un canto, el Obispo diocesano, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, dio la bienvenida a todos los asistentes y les agradeció su presencia así como recordó la importancia de poder celebrar este encuentro anual.

A continuación fueron presentándose los misioneros: el P. Pablo Hernando, agustino, que trabaja en una parroquia en Buenos Aires y conoce muy bien al Papa Francisco, cuya intervención giró en torno a la figura del Papa y lo que está representando para Argentina el llamado «efecto Francisco». Rafa Muñoz, sacerdote diocesano que trabaja en Cuba, contó también cómo en la isla se están abriendo caminos de renovación, gracias a las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI. El Hno. Jesús de Juanes (jesuita), recién llegado de Uruguay donde ha estado gran parte de su vida, relató sus experiencias y la añoranza de aquellas tierras. El P. Jaime (agustino) relató su trabajo en Sao Paulo (Brasil) en una parroquia con más de 20.000 habitantes, con un montón de sectas que se mezclan. El P. Florentino Lafuente, comboniano y contentísimo con su misión en una periferia de Lima, destacó su gran satisfacción con la labor pastoral que realizan los laicos. También dio su testimonio la Hna. Pilar Cacho, que ha estado muchos años en Zimbabwe, hablando de la sencillez de la gente y del «aguante» para sobrevivir en condiciones de máxima pobreza. El Hno. Santiago García (de la Orden de S. Juan de Dios) contó su trabajo con otros 12 hermanos en un hospital para niños con distintas discapacidades y también ancianos, cómo experimentan cada día la Providencia de Dios en las cosas más simples (por ejemplo recordó cómo el día que no tenían patatas a la hora de la comida se presentó una persona llevando dos sacos).

También hablaron en nombre de los misioneros ausentes algunos familiares: Leoncio por su hermano que reside en México y no pudo asistir porque no se encuentra bien de salud; los padres de Alberto Cisneros que han estado recientemente pasando con él un mes y han visto la labor que está realizando con los niños en Nicaragua.

Tras los testimonios, Mons. Melgar Viciosa también «puso al día» a los misioneros contándoles cómo se está llevando a cabo la Misión diocesana; seguidamente, el prelado presidió la Santa Misa en la ermita recordando en la homilía cómo «hemos de ser sal y luz del mundo cada cual en el lugar donde estemos». El punto final de la Jornada lo puso una comida en un hotel cercano, obsequio de los dueños como homenaje y ayuda a los misioneros.

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