Convivencia cuaresmal para hermanos de Cofradías penitenciales

El próximo sábado 2 de abril tendrá lugar en el Seminario diocesano «Santo Domingo de Guzmán», de El Burgo de Osma, una convivencia cuaresmal para hermanos de Cofradías penitenciales de la Diócesis. La jornada está organizada por la Delegación de cofradías y hermandades diocesana junto con el prelado oxomense-soriano, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, que dirigirá el ritmo de la convivencia.

El encuentro dará comienzo a las diez de la mañana con la acogida de los cerca de cuarenta participantes inscritos hasta el momento. A las diez y media, el Obispo diocesano dirigirá un momento de oración que introducirá y dará sentido a la jornada. Al final de este momento tendrá lugar la presentación de cada uno de los asistentes.

Al mediodía tendrá lugar, según el programa hecho público, «la representación hecha vida de las siete palabras de Jesucristo en la Cruz» que concluirá con un momento de adoración ante el Santísimo Sacramento a la una y media del mediodía. La mañana se cerrará con la comida de fraternidad de todos los presentes a las dos y cuarto.

A las cuatro y media de la tarde, tras un momento de descanso y convivencia después de la comida, el Obispo diocesano presidirá la celebración del perdón, a la que seguirá la Santa Misa -a las cinco y media de la tarde- que pondrá el punto y final a esta convivencia cuaresmal para hermanos de Cofradías penitenciales.

Según el prelado diocesano, la convivencia se ha planteado «como un encuentro especial para ofrecer a los cofrades una ayuda más para vivir más intensamente este Santo Tiempo litúrgico, tan relacionado con la identidad de las diferentes Cofradías penitenciales». «Lo que vamos a hacer en esta convivencia es sencillo: queremos rezar, contemplar a Jesús en la Pasión, poder reconciliarnos con Dios y celebrar juntos la Eucaristía, memorial de la Cruz del Señor» en palabras de Mons. Melgar Viciosa.

El encuentro ayudará «a vivir, profundizar e interiorizar aquello que queremos manifestar (externamente) para que realmente la Semana Santa, vivida como cofrades, adquiera su autentico sentido […] pues la manifestación por la calle portando nuestro paso del Cristo sufriente o de la Madre dolorosa es importante en una sociedad descristianizada como la nuestra; pero también es verdad que las procesiones, y toda manifestación externa, adquieren su sentido verdadero cuando lo que se expresa es lo que se lleva dentro y se vive desde dentro y desde la fe; si no, podría quedar en una total y absoluta superficialidad que no convence ni a los que nos contemplan ni a los que lo realizamos como protagonistas».

Cartel

Tríptico

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