El sábado 13 de septiembre, 54 jóvenes de toda la Diócesis de Osma-Soria se dieron cita en el pueblo de Las Fraguas. A partir de las 10.30 h. fueron llegando los jóvenes procedentes de diferentes parroquias (Nuestra Señora de los Milagros de Ágreda y de la capital soriana de las parroquias de El Pilar, Santa María la Mayor, San Francisco de Asís, Santa Bárbara y San José); los jóvenes iban acompañados de varios sacerdotes y de un algunos de catequistas.
Después de distribuir a los participantes en siete grupos, éstos empezaron a caminar hacia el santuario de la Virgen de Inodejo aprovechando el camino para charlar y conocerse; después de poco más de media hora, el santuario recibió a los peregrinos. La convivencia, en la que participaron jóvenes que van a recibir el Sacramento de la Confirmación en las próximas semanas, se desarrolló en dos bloques: el primero, dedicado a la valoración de la vida cristina y presentando la importancia de descubrir la vocación a la que Dios llama a cada uno. Se desarrolló con testimonios, proyecciones, canciones y la presentación del personaje bíblico de Gedeón. El segundo momento se dedicó al trabajo por grupos. Durante toda la jornada estuvo presente el Obispo diocesano, Mons. Gerardo Melgar Viciosa.
Después de comer los participantes se trasladaron al santuario de la Virgen para tener una oración de conclusión y ponerse bajo la protección maternal de María. Concluida ésta, los chicos y chicas se despidieron y se pusieron en camino de vuelta a sus lugares de origen.
José Sala Pérez, delegado episcopal de infancia y juventud, afirmó al término de la jornada que «debemos dar muchas gracias al Señor por el día que nos regaló; gracias por el esfuerzo de las parroquias, sacerdotes y catequistas, por todo el trabajo que se está haciendo con estos chicos y chicas. Gracias a Manuel Tejada Rubio, el capellán, y a la Concordia de Inodejo por la generosidad y por la alegría con la que recibieron la iniciativa de acoger a nuestros jóvenes. Que Dios cuide de cada uno de ellos y les haga valientes para vivir la fe».
