Crónica de la Javierada 2010

Una vez más nos sentimos convocados a vivir esta experiencia de peregrinación que tanto bien ha ido haciendo durante años. En nuestro interior podemos sentir las mismas palabras que oyó San Francisco Javier: «Ven y sígueme». Y sin dudarlo nos pusimos en camino un grupo de 260 sorianos organizados por la Delegación de pastoral juvenil.

El día comenzaba a las 9 de la mañana poniéndonos en ruta hacia Olite, donde pudimos disfrutar de su hermoso patrimonio histórico. Una mesa improvisada y compartida nos hacía retomar fuerzas para encaminarnos hacia Sangüesa y comenzar allí la peregrinación de 8 km., rezando el Viacrucis, hasta el Castillo de Javier.

En la explanada nos dábamos cita alrededor de veinte mil peregrinos llegados desde diferentes puntos de nuestra geografía española y de fuera de nuestro país para celebrar la Eucaristía. Este año un poco más especial pues fuimos presididos por la Cruz y el Icono de la Virgen de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que están recorriendo todas las diócesis españolas.

Mons. Francisco Pérez González nos alentaba a recorrer nuestro camino buscando y encontrando a Cristo Crucificado: «Con la mirada puesta en la Cruz, queremos gritar a cada hombre que Dios nos ama, que no estamos solos, que tenemos el mejor Padre que nadie podía imaginar, que cada uno de nosotros somos en verdad hijos predilectos de Dios. Dios no está ausente de nuestras vidas y esto porque ha asegurado su viva presencia asumiendo todo desde la Cruz».

Visitando el Castillo de Javier pudimos poner a los pies del Cristo en el que san Francisco Javier rezaba todas las intenciones de nuestra Diócesis y pedir por nuestros misioneros.

Ruego al Santo de Javier que nos ayude a vivir como él: siempre dispuestos a ser fieles heraldos del Evangelio y firmes para aceptar la voluntad de Dios, para orientar la vida no según nuestros deseos sino según el designio que Dios tiene sobre cada uno de nosotros.

Comparte esta noticia
Facebook
X.com
LinkedIn
WhatsApp
Email