Crónica de la peregrinación diocesana a Santiago de Compostela

Felices días los vividos desde el 20 al 25 de septiembre. Peregrinos de varios pueblos de la Diócesis (San Leonardo de Yagüe, Nódalo, Valdelubiel, Alcubilla del Marqués, Soria, Tajahuerce, Agreda, Almazán, El Burgo de Osma, Matamala de Almazán, Frechilla de Almazán, Utrilla, Montuenga de Soria, Quintana Redonda, Morcuera, Valdenebro, San Esteban de Gormaz), en total 207, han participado en la peregrinación diocesana a la tumba del Apóstol Santiago en este año Santo Compostelano de 2010. Nuestro Señor Obispo, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, ha presidido la peregrinación y -como un peregrino más- ha participado de las alegrías y penalidades (que apenas han existido) del viaje.

El monasterio de Poio, habitado y guardado por religiosos mercedarios, ha sido el lugar de alojamiento. Desde allí nos hemos movido visitando los lugares emblemáticos y «turísticos» de Galicia: O Grove, La Toja, Cambados, Combarros, Santa Tecla, Baiona, Vigo, Pontevedra, La Coruña y otros, pero sobre todo Santiago.

El día 24 fue un día especial. Ese día nos acercamos a Santiago de madrugada; el alba nos sorprendió delante de la Puerta Santa para poder dar el abrazo al Santo y orar ante su tumba sin aguardar largas colas y tener tiempo sobrado para preparar la Misa del peregrino a las doce de la mañana. Un día lleno de emoción y devoción. Ante el Santo presentamos los deseos y súplicas. Y un día también de fiesta: era el cumpleaños de nuestro Sr. Obispo. Todo un regalo. Recibió nuestra más calurosa felicitación y su sencillez, cercanía y cariño han calado en el corazón de los peregrinos.

Entre canciones, poemas, risas y oración hemos concluido una peregrinación que en todos nosotros ha dejado su huella de profunda esperanza para peregrinar por esta vida con sus anhelos, gozos y sufrimientos. Gracias a todos los que han participado y a quienes han organizado esta peregrinación.

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