Crónica de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2013

Orando y reflexionando unidos, y en conversación, tal y como nos animaba el octavario en su primer día, comenzamos el viernes 18 de enero con la presentación de la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2013 en nuestra Diócesis de Osma-Soria. Fue una introducción en la que presentamos las circunstancias y el lema de la oración de este año «¿Qué exige el Señor de nosotros?», tomado del profeta Miqueas (6, 6-8). Tras compartir el testimonio de la realidad de los cristianos de La India, conocer la vida de los dalits y la génesis del tema elegido para la oración, nos emocionamos al escuchar las vidas de tres testigos de excepción de entre la muchedumbre de testigos de Cristo que son referente en el seguimiento para todo cristiano: el P. Gabriel Danila, sacerdote ortodoxo rumano, presentó la figura de Nicolae Steinhardt, emblemático defensor de la belleza y la libertad, y ejemplar discípulo de Cristo resistente a la opresión comunista en Rumanía; Jimmy y Anjani Cole, baptistas, recordaron e hicieron presente la valentía absoluta, la altura intelectual, el amor a Cristo y la entrega a los demás del pastor luterano Dietrich Bonhoeffer, mártir del nazismo; y José Luis Martín, católico, nos hizo un retrato de Monseñor Óscar Romero, quién tanto luchara por implantar el Reino de Dios en la realidad de injusticia social y de pobreza del pueblo salvadoreño, intento en el que dejó su vida.

El sábado 19, a pesar de las duras condiciones climáticas, de la lluvia y el frío, nos reunimos a la una del mediodía para orar y leer juntos un manifiesto por la unidad de los cristianos en la calle, ante el pórtico de la parroquia de Santa María La Mayor (Soria); fue un momento de paz, reflexión y de palabras de esperanza. Al final del acto, unimos nuestras manos y pronunciamos el Padrenuestro en los tres idiomas de los hermanos participantes (rumano, inglés y español), intercambiamos signos de paz y llenamos nuestros corazones de la plenitud que da la fraternidad compartida. Por la tarde, a las seis, nos encontramos de nuevo en la Ermita de El Mirón, templo en la que celebra su fe la comunidad ortodoxa rumana de Soria. Allí pudimos disfrutar de la belleza de una oración ortodoxa, presidida por el P. Gabriel, que, consciente de la dificultad del idioma para muchos de los presentes, nos explicó con mucho detalle y cariño lo que había significado la oración que juntos habíamos celebrado. A continuación, compartimos una buenísima cena de platos rumanos y, sobre todo, la alegría de estar juntas, acercándose y conociéndose, las tres comunidades.

El domingo 20 nos unimos a la celebración que toda la Iglesia Católica hacía de la Jornada de las migraciones y unidos (baptistas, ortodoxos y católicos) leímos un manifiesto públicamente en la Plaza Mayor de Soria a favor de la integración de las minorías inmigrantes, de la solidaridad entre los diferentes y de la necesidad de tender puentes entre todos, independientemente de nuestra procedencia, color, etnia, situación socio-económica o religión; fue un momento festivo en el que también hubo bailes tradicionales de distintos países y mucho colorido y esperanza.

El lunes 21 fue realmente un día de mucha bendición. A las ocho de la tarde pudimos experimentar un inmenso gozo al estar unidos en la oración ecuménica que tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora del Espino, precioso templo en el que vivimos un encuentro muy especial. Unidas las tres comunidades, con sus pastores al frente, también contamos con la bendición que supuso la presencia de nuestro Obispo. Sus palabras -recordando que es esencial para la credibilidad del mensaje de Cristo ante un mundo desunido e increyente, el que nosotros, cristianos, sí estemos unidos- fueron de una gran profundidad. El P. Gabriel nos emocionó con la belleza de su reflexión acerca del Buen Samaritano y la evidencia de que nuestra unidad, nuestro deseo de estar juntos y nuestra presencia real unida no procede de ninguna otra cosa más que del Amor compartido que Cristo ha depositado en nuestro corazón. Por último, Jimmy y Anjani Cole pronunciaron unas hermosísimas palabras de agradecimiento y despedida ‘física’ -no espiritual- puesto que próximamente han de regresar a su hogar en Texas. Fue una noche llena de signos de reconciliación (como cuando, por ejemplo, los diversos trozos de una cruz partida se unieron para recomponerla y levantarla ante el altar todos unidos, cuando todos entrelazamos nuestras manos para rezar el Padrenuestro o cuando nuestras manos y nuestros corazones se unieron en el tan esperado momento para todos de darnos la paz y presentar juntos nuestras peticiones ante el Señor). Tras la emotiva oración, compartimos unidos una cena en la que todo fue alegría y fraternidad.

El martes 22 lanzamos una invitación a personas representativas del mundo de la política, de los medios y de la acción social en Soria. Fue un encuentro muy enriquecedor y positivo en el que pudimos compartir nuestros puntos de vista sobre la realidad de crisis y situaciones de necesidad que tantas familias están sufriendo hoy en día. A las siete de la tarde salimos en varios grupos formados por católicos, baptistas y ortodoxos, y fuimos a visitar a personas enfermas y ancianas por y con las que oramos y disfrutamos de unos inolvidables momentos en la presencia del Señor vivo y junto a nosotros.

El miércoles 23 tuvimos un interesante momento de reflexión. El P. Ángel Hernández Ayllón, delegado episcopal de ecumenismo de la Diócesis y principal promotor de nuestro caminar ecuménico, nos iluminó con una charla sobre «La alternativa cristiana al cuidado del hombre». Palabras profundas, imágenes, audiovisuales,… todos los medios para poner de manifiesto la necesidad de recuperar la mirada cristiana para sanar nuestra sociedad, tan herida y destruida; de recuperar la fuerza del testimonio personal de cada cristiano para reconstruir, desde la persona, las estructuras, tan dañadas y contaminadas. Una llamada al compromiso en el seguimiento a Cristo de cada uno de nosotros y una llamada a hacerlo desde la unidad, desde el poderoso testimonio de un caminar común.

El jueves 24, a las cinco de la tarde, recibimos (bajo la guía del delegado de ecumenismo) la explicación de la Exposición «Biblia & violencia», de Sociedades Bíblicas de España, que está expuesta en la parroquia de Santa María La Mayor. Palabra e imágenes que ahondan en el porqué, en la raíz del mal que habita en el interior del hombre, y que tocaron directamente el corazón de la treintena de personas que realizaron esa primera visita a la misma. Surgieron reflexiones acerca del amor, del perdón, de la necesidad de sanación personal y en las relaciones interpersonales; sin duda, se puso de manifiesto que la Palabra de Dios está viva y actúa en nuestras vidas de una manera patente y evidente. Ese mismo día, a las siete de la tarde en la sala Gaya Nuño pudimos disfrutar de la película «Unidos por un sueño», en la que -bajo la temática de la implantación del fútbol en Alemania- se esconde un claro mensaje de que la unidad es necesaria en todos los ámbitos; que el conocimiento mutuo lleva a la comprensión y que el amor lleva a la ruptura de todas las barreras, sean sociales, culturales, económicas o religiosas. Una preciosa película que llama a la búsqueda de la fraternidad y el compartir para conseguir un sueño común.

Finamente, el viernes 25 celebramos la Eucaristía como conclusión de la Semana. Al terminar la celebración, todos los que habíamos participado recibimos la bendición.

Damos gracias a Dios por vivir unidos y seguimos orando para que «un día, cuando Dios quiera y por los medios que Él quiera», en palabras del padre Paul Couturier, esa unidad no sólo sea visible y real, sino también plena.

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Maite Eguiazabal

Delegación episcopal de ecumenismo

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