Crónica del XXII Encuentro diocesano de catequistas

El 5 de abril tuvo lugar en San Esteban de Gormaz el XXII Encuentro diocesano de catequistas. En la Jornada participaron alrededor de 100 catequistas y sacerdotes procedentes de distintas parroquias de la Diócesis. El día giró en torno al Oratorio para niños.

El encuentro comenzó a las diez y media de la mañana con un momento de oración y la presentación de la Jornada por parte de Mario Muñoz Barranco, delegado episcopal de catequesis. A continuación tuvo lugar una charla impartida por María Jesús, catequista de la parroquia de Almazán; en ella explicó, desde su experiencia y con mucho entusiasmo, en qué consistía el Oratorio para niños (estructura, finalidad, desarrollo de las reuniones…). Tras un pequeño descanso, llegó la puesta en práctica del Oratorio. Para ello se contó con la presencia de 13 niños de la parroquia de San Esteban y dos catequistas de la parroquia de Almazán. Durante más de una hora Isabel y María Jesús ayudaron a los niños a descubrir «las presencias de Jesús». Para ello tuvieron muy presente la frase del Evangelio: «porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20). En palabras del delegado, «fue realmente una experiencia catequética y oracional maravillosa que tocó el corazón no sólo de los niños sino de todos los presentes».

Después de unos minutos de preguntas y diálogo, nos dirigimos al templo parroquial para celebrar la Eucaristía, presidida por el Obispo y con la presencia de la Cruz y el Icono de la Virgen que están peregrinando por todos los arciprestazgos con motivo de la Misión diocesana. En su homilía, Mons. Melgar Viciosa destacó la labor que llevan a cabo los catequistas y les animó a seguir desarrollando su tarea con la misma fe e ilusión que hasta ahora.

Una vez terminada la mañana tuvo lugar la comida en uno de los restaurantes de la localidad. «Fue un momento muy hermoso de convivencia y diálogo. Junto a ello, un año más pudimos disfrutar de los dulces típicos de la geografía soriana», afirmó Muñoz Barranco. Después de una animada sobremesa algunos emprendieron la vuelta a sus lugares de origen mientras que otros disfrutaron de una visita guiada por el pueblo a cargo de Fortunato Antón, párroco jubilado de San Esteban.

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