En la tarde del domingo, 6 de julio de 2008, las amplias naves de la catedral de El Burgo de Osma resultaban insuficientes para dar cabida a la multitud de personas que habían llegado para acompañar y celebrar la consagración episcopal de quien había sido nombrado por el Papa, Benedicto XVI, para ejercer como Obispo de Osma-Soria.
A las seis de la tarde llegaba D. Gerardo a la puerta principal de la Catedral, previo paseo por la Calle Mayor y Plaza de la Catedral, donde centenares de personas fijaban en él sus miradas con admiración y alegría mientras las campanas de la Catedral tañían jubilosas.
El Presidente del Cabildo-Catedral lo recibía en la entrada y el Sr. Nuncio, Mons. Monteiro, consagrante principal, cumplía el protocolo del recibimiento y presidir la Eucaristía y ser el ordenante principal. Adentro esperaban ya los obispos, en número superior a treinta, familiares de D. Gerardo, autoridades civiles, militares, académicas, eclesiásticas, sacerdotes de Palencia y diocesanos, religiosos, religiosas y fieles diocesanos. De Palencia y su pueblo natal, Cervatos de la Cueza, le acompañaron alrededor de quinientas personas. Después del Evangelio, comenzó la Liturgia de la Ordenación, iniciada con la Presentación del ordenando y lectura del mandato apostólico, Homilía del Sr. Nuncio, Promesa del elegido, Imposición de manos de los obispos, Oración de Ordenación, con los ritos complementarios de la Unción con el crisma, Entrega de los Evangelios, Imposición del anillo y la mitra, Entrega del báculo y la Toma de posesión de la cátedra. Toda la asamblea rubricó el momento de ser Obispo de Osma-Soria con un aplauso atronador.
Continuó la celebración, presidida ahora por el ya obispo, D. Gerardo, con la Profesión de fe, Presentación de la ofrendas, mientras el coro interpretaba el Ave María del recordado y querido D. Ángel Cecilia.
PRIMER MENSAJE DEL OBISPO D. GERARDO
«APACIENTA MIS OVEJAS» eran sus primeras palabras en su mensaje de saludo y presentación, tomadas del evangelio de la Vigilia de la festividad de San Pedro y San Pablo, y le dieron pie para entroncar su misión de obispo, en comunión con los hermanos en el episcopado y el Papa, para esbozar la misión, como sucesores del Colegio Apostólico, en la Iglesia y en el mundo.
«Como Obispo y sucesor de los Apóstoles –dijo- asumo con gozo e ilusión la tarea y la misión que El Señor a través de la Iglesia me ha confiado». Aludió a su pobreza y fragilidad para llevar a cabo la tarea, pero dijo como San Pablo: «Tu gracia me basta».
Expresó la acción de gracias a Dios, al Papa, a los obispos acompañantes, al Nuncio de Su Santidad, al Administrados Diocesano, D. David Gonzalo, quien previamente había hecho un discurso de bienvenida, acogida y presentación, con alusiones a los últimos obispos de nuestra Iglesia Diocesana.
Saludó cariñosamente a sus diocesanos de origen de Palencia, sacerdotes, religiosos y laicos, a los paisanos de su pueblo, Cervatos de la Cueza, a los diocesanos de Osma-Soria, sacerdotes, religiosos/as, seminaristas, jóvenes. A los ancianos y enfermos, su abrazo y bendición especial.
«Mi saludo a las Autoridades civiles, militares, legislativas y académicas; a las que le estaban acompañando, venidas de Palencia; a las «Autoridades de la Provincia de Soria con las que colaboraré siempre, desde la responsabilidad y el respeto que nos debemos los unos a los otros. A ellas – siguió diciendo – me atrevo a pedirles en este momento tan importante para mí, que pongan todo su empeño y cuanto esté en su mano, para que en Soria se creen las infraestructuras necesarias, que faciliten el desarrollo del tejido industrial de esta Provincia, desarrollo que frenará la despoblación de la misma y potenciará la permanencia de los jóvenes en ella con un trabajo estable y esperanzador».
«Mi cercanía a todas y cada una de las familias sorianas». «Es la familia el ámbito más propicio donde se aprende a ser persona y a ser creyente». Dijo que la sociedad no transmite determinados valores esenciales para la persona y el cristiano y, por eso, la misión y la responsabilidad de la familia es mucho más viva y rica..
«Vengo a vosotros –queridos amigos y diocesanos de Osma-Soria – con ilusión y esperanza». Para ello cuenta con la colaboración y entrega de cada uno en el puesto y en la misión que el Señor le ha confiado. Finalizó diciendo: «Que Dios os bendiga a todos».
Con sencillez, emoción, alegría, entrega y cercanía ha entrado D. Gerardo por la puerta grande de nuestra Iglesia de Osma-Soria, con talante y espíritu castellano-leonés y de su querida Palencia, donde el espíritu de su magnífico arte románico ha debido de dejar su impronta en su grandeza, sencillez de armonía y belleza. Cuente con nuestra más cordial acogida y disponibilidad para estar a su lado.