El próximo 3 de agosto la Diócesis de Osma-Soria celebrará la Jornada del misionero soriano. Se trata éste de un día de encuentro, según ha declarado la delegada episcopal de misioneros, la hermana nazarena Mª Lourdes del Pozo, «para vosotros [los misioneros] y vuestras familias, de una manera especial para los que por estas fechas volvéis a la tierra que os vio nacer o que por otros motivos os acogió».
El lugar elegido para la celebración será El Burgo de Osma, escogido este año, además, por especiales motivos: «orar y pedir la intercesión del que fue un gran ejemplo de misionero, el Obispo Juan de Palafox y Mendoza», recientemente beatificado.
La jornada, a la que asistirá desde sus inicios el prelado oxomense-soriano, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, arrancará a las once de la mañana en el Seminario diocesano «Santo Domingo de Guzmán». Al comienzo se tendrá un momento de oración y presentación al que seguirán algunas experiencias misioneras de los allí presentes. A la una del mediodía el Obispo diocesano presidirá la Santa Misa en la S. I. Catedral. Al finalizar la Eucaristía, alrededor de las dos de la tarde, los misioneros, sus familias y todos los presentes compartirán un almuerzo en los comedores del Seminario. Ya por la tarde, tras la sobremesa, se continuará con las experiencias de vida de los misioneros sorianos que no hayan podido intervenir en la mañana y se obsequiará a los mismos con un presente. La jornada concluirá en torno a las seis de la tarde.
Para facilitar la asistencia al encuentro la Delegación episcopal de misiones ha organizado el viaje desde la ciudad de Soria; de este modo, desde el Rincón de Bécquer de la capital soriana partirá hacia El Burgo de Osma un autobús a las diez de la mañana.
En su carta de saludo a los misioneros sorianos, Mons. Melgar Viciosa define la Jornada a celebrar como «un día verdaderamente entrañable» en el que reunirse todos para orar con y por los misioneros para, entre otros motivos, pedir a Dios que «os siga fortaleciendo y acompañando en el desempeño de la misión que Él os ha encomendado».
En su misiva, el prelado oxomense-soriano explica también el motivo de la elección de la Villa episcopal para el desarrollo de este encuentro, al mismo tiempo que -en un tono cercano y afectuoso- se sincera con los misioneros y les comenta, entre otros asuntos, cómo resultó el día de la Beatificación de Palafox: «fue un verdadero acontecimiento diocesano emocionante», les dice, al mismo tiempo que les confiesa que «salió todo muy bien y la gente quedó muy satisfecha de cómo había estado preparada y celebrada la Beatificación. Nos llenaron de felicitaciones y nosotros también nos sentimos muy satisfechos, pues todos -especialmente la Comisión encargada de preparar dicho evento- había trabajado mucho y bien».
Igualmente, como en años anteriores, junto a la carta del Obispo diocesano y de la Delegada episcopal, los misioneros reciben la misiva del sacerdote Martín Ortega Zamora que, en tono distendido y amable, les hace un repaso por la actualidad soriana del último año para que -aunque lejos de su tierra- no pierdan detalle de lo que sucede en la Diócesis. En ella les relata los acontecimientos más significativos: la situación laboral en la provincia, con la crisis económica como telón de fondo; los problemas en algunas empresas de mucho renombre en la provincia; la celebración de la Beatificación del Obispo Palafox; el resultado de las últimas elecciones municipales y autonómicas; la situación del campo y del deporte sorianos; etc.
Mons. Melgar Viciosa se despide de los misioneros, hasta el encuentro del 3 de agosto (los que puedan asistir), con estas entrañables palabras: «Que el Señor siga alentando vuestro trabajo misionero, os siga dando fuerza para seguir estando en la brecha y en la vanguardia de la evangelización. Seguiremos rezando por vosotros y vosotros no os olvidéis de hacerlo por los que luchamos por el mismo fin desde aquí, para que mantengamos viva la ilusión y la esperanza de hacer llegar al corazón del mundo el mensaje salvador de Cristo».