La Diócesis asume el Carmen de El Burgo de Osma

En la mañana del viernes 16 de septiembre ha sido firmado en Soria el acuerdo entre la Diócesis de Osma-Soria y la Provincia Ibérica de Santa Teresa de Jesús, de los Carmelitas descalzos, en virtud del cual, y tras la decisión de la Orden de abandonar el convento de El Burgo de Osma, la Diócesis asume el cuidado de la iglesia y convento con el objeto de mantener las celebraciones y el culto a la Virgen del Carmen en esta nueva etapa que se abre para todos. El documento de cesión ha sido rubricado por el Administrador diocesano, Gabriel-Ángel Rodríguez Millán, y por el Provincial de la Orden en España, P. Miguel Márquez Calle.

En una carta que ha dirigido a los fieles de la parroquia de El Burgo de Osma, Rodríguez Millán ha mostrado su agradecimiento «al P. Provincial con el que he tenido el honor de firmar este acuerdo que significa un nuevo jalón en la historia del edificio» y ha recordado que el acto de cesión «no debería suponer una merma en la inveterada devoción hacia la Virgen del Carmen». «Agradezco vivamente las facilidades que ha dado a la Diócesis en todo momento», ha señalado el Administrador diocesano.

A partir de este momento en que la Diócesis acepta la cesión de la iglesia y convento será la parroquia de El Burgo de Osma y sus párrocos los encargados de gestionar el culto y demás actividades a desarrollar con un ritmo que se establecerá en los próximos días «y que deberá ser compatible con el normal dinamismo de la vida parroquial».

La carta del Administrador diocesano concluye expresando su confianza «en que todos sabremos poner de nuestra parte lo necesario para que la nueva situación se integre con normalidad en la pastoral ordinaria de la parroquia y de la Diócesis».

«No es nuestra intención desentendernos de El Burgo»

La semana pasada era el P. Márquez el que dirigía una carta a los amigos y devotos del Carmen en la Villa episcopal. En su misiva, el P. Provincial expresaba su «asombro por el amor y la devoción de las gentes de El Burgo a la Virgen en su iglesia del Carmen» así como manifestaba su gratitud «por vuestro afecto sincero hacia los frailes carmelitas que han pasado por El Burgo, a quienes habéis honrado con vuestra amistad y apoyo cálido». Si bien el motivo principal de la carta era explicar el porqué de la salida de los carmelitas de la Villa burgense, la falta de vocaciones: «Como carmelitas de la Provincia Ibérica hemos asumido un camino doloroso, pero necesario, de reestructuración y de reducción de presencias sin motivos ocultos ni razones secretas. La principal razón tiene que ver con el decrecimiento drástico de los miembros de nuestras comunidades: Desde hace un año y medio han muerto 20 de nuestros hermanos y no ha sido ordenado ningún sacerdote aunque han entrado tres al noviciado (dos este año). Tenemos los conventos que se sostenían de las vocaciones que entraron ya hace muchos años».

«No es nuestra intención desentendernos de El Burgo ni dejar de estar presentes atendiendo a las MM. Carmelitas y acudiendo al templo del Carmen cuando seamos requeridos por los sacerdotes en fechas carmelitanas importantes o cuando lo estimen oportuno», recuerda el P. Márquez, que deja la puerta abierta «a la vuelta de los frailes si el Señor así lo dispusiese». La carta concluye pidiendo perdón «por el dolor causado y el daño que ha producido esta decisión, si en algo no hemos actuado con suficiente transparencia o franqueza, más por torpeza que por mala intención».

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