La verdad del amor humano: un Documento para la esperanza

Mons. Carlos Manuel Escribano Subías, Obispo de Teruel-Albarracín y miembro de la Subcomisión episcopal para la familia y defensa de la vida de la CEE, presentó este martes 4 de diciembre el último gran texto de los Obispos españoles: «La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar», aprobado por la XCIX Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española en abril de 2012.

Por la mañana, el Documento fue presentado a los sacerdotes diocesanos; cerca de setenta presbíteros se reunieron en la Casa diocesana para escuchar las didácticas y certeras reflexiones del prelado turolense. Por la tarde, decenas de fieles no faltaron a la presentación del texto calificado por Mons. Escribano como un «Documento para la esperanza que no hace sino anunciar a todos el evangelio del matrimonio y de la familia, poniendo en valor el gran tesoro que los cristianos poseemos y que debemos transmitir».

El Obispo de Teruel-Albarracín desgranó el contenido del Documento, articulado en una introducción, seis capítulos y una conclusión, «que bebe de los textos del Concilio Vaticano II, de la Exhortación apostólica «Familiaris consortio» (publicada por el beato Juan Pablo II en 1981) y del magisterio que sobre la familia y la vida han publicado los Obispos españoles en los últimos años».

De la primera parte del Documento (n. 6-44), Mons. Escribano Subías recordó cómo «el matrimonio no es un contrato privado sino que nos introduce en algunas claves y exigencias sociales; el matrimonio no es un mero acuerdo de voluntades sino que es una comunidad de vida y amor (amor humano y total, fiel, exclusivo y fecundo) en la que los esposos deben amarse hasta la entrega de la vida, como Cristo amó a su Iglesia». Así mismo, puso de relieve cómo, en contra de lo manifestado por algunas ideologías, «las personas no tenemos un cuerpo sino que somos un cuerpo, que nos habla de nuestro origen, de la diferencia sexual, del tiempo, de Dios».

Al abordar el contenido de los tres capítulos que conforman la segunda parte del Documento (n. 45-145), Mons. Escribano Subías comenzó con las reflexiones que el texto realiza en torno a la ideología de género, explicando su origen histórico (especialmente la importancia de la Conferencia de Pekín, 1995): «como no hay Dios para pensarlo, sólo soy yo para construir» afirmó el prelado, para constatar cómo esta ideología «lucha contra nuestra propuesta antropológica, afirmando que no hay hombre o mujer sino que el sexo es una realidad anatómica sin relevancia antropológica». «La intención de esta ideología es una mutación del modelo antropológico: se trata de deconstruir la sociedad para construir una nueva; estamos, pues, ante una revolución cultural«. El Obispo de Teruel-Albarracín puso de relieve cómo la ideología de género ha llevado a cabo una tarea de difusión «amparada en la manipulación del lenguaje, con la legislación y con la intromisión de esta ideología en la educación».

«Cuando la Iglesia reclama protección para el matrimonio no está cometiendo una ingerencia en un terreno que le es ajeno pues el matrimonio posee una dimensión social, es un bien comunitario que hay que cuidar y proteger» afirmó. «Estamos legitimados a hablar con libertad de estos temas y debemos hacerlo pues no vamos contra nadie sino buscando la plenitud de la persona», sentenció.

Mons. Escribano Subías también consideró, siguiendo el texto episcopal, que con el tema del matrimonio homosexual «se nos ha impuesto un modelo antropológico no debatido, sin discusión antropológica previa». Por todo ello, manifestó, «oponerse no es querer imponer nuestra fe sino llamar la atención porque se puede lesionar el bien común». En este sentido, el Obispo de Teruel-Albarracín hizo una apremiante llamada al Gobierno: «hay que hacer una regeneración económica pero también moral».

Finalmente, concluyó su intervención con una llamada a la esperanza y dando unas pautas a seguir por cada Diócesis, parroquia o UAP: «hay que ser levadura en un contexto sociológico a cambiar». «¿Cómo hacerlo? Desde la parroquia, el Centro de Orientación Familiar; mediante la educación afectivo-sexual de nuestras jóvenes generaciones; con una correcta preparación para el matrimonio (preparación remota, próxima e inmediata); ayudando a la aprobación de políticas familiares justas y adecuadas; etc.».

Esquema para la lectura del Documento

I. Anuncio de la buena noticia del matrimonio y de la familia (Capítulos 1-3: números 1-44)

Introducción (1-5): «queremos proponer de nuevo los principios fundamentales sobre la persona humana sexuada y sobre el amor esponsal propio del matrimonio».

1. Hay un amor que nos precede, más grande que nuestras propias ideas y deseos, el Amor que Dios es. Buscar el amor consiste ante todo en aprender a recibirlo, acogerlo, experimentarlo y hacerlo propio. El amor, ante todo, se nos da y nos hace, no es mero fruto de nuestro querer ni pura expresión de nuestros sentimientos (6-16).

2. El cuerpo es la persona en su visibilidad. La sexualidad humana, es decir, la masculinidad y la feminidad, no es un simple atributo, sino constitutivo del modo de ser de la persona; va, por tanto, unida a su dignidad espiritual y expresa la entrega sincera de sí en el amor (17-23).

3. El amor del hombre y de la mujer, en su arquetipo conyugal, es comprometido; crea plena comunión de vida entre ellos; es fiel y exclusivo, fecundo y para siempre (24-38).

4. El pecado impide la realización de la persona en la verdad del amor. La virtud de la castidad permite vivir la sexualidad en su verdadera belleza. El sacramento del matrimonio sana, perfecciona y eleva el amor conyugal (39-44).

II. Denuncias y propuestas (Capítulos 4-6: números 45-145)

a) En el nivel de las ideas o principios:

1. Denuncia del espiritualismo (45-51), de la ideología de género (52-65) y de políticas de familia desenfocadas e insuficientes (66-70).

2. Propuestas para la acción y ayudas para la esperanza (77-81).

b) En el nivel de los hechos sociales:

1. Denuncia de la privatización emotivista o romántica del amor (82-90), de la falta de reconocimiento y promoción de los bienes que el amor conyugal y la familia reportan a la sociedad (91-105) y de las legislaciones que discriminan o ni siquiera reconocen ni protegen al matrimonio (97-111).

2. Propuesta a la responsabilidad de todos (112-115) y de la comunidad eclesial (116-121); propuestas de educación afectivo-sexual (122-125), de preparación para el matrimonio (127-134), de promoción de políticas familiares justas (135-138).

Conclusión: una tarea social por excelencia (139-141) y una misión y gracia eclesial (142-145).

Enlace a la galería de fotos

Comparte esta noticia
Facebook
X.com
LinkedIn
WhatsApp
Email