Mons. Melgar Viciosa: «Algo se desgarra dentro de mí al deciros adiós»

Mons. Gerardo Melgar Viciosa, Administrador diocesano de Osma-Soria, ha presidido la Santa Misa de acción de gracias por su ministerio episcopal en la Sede castellana. Cientos de fieles han llenado los bancos de la Concatedral de San Pedro (Soria) para despedir al que ha sido su Obispo durante los últimos ocho años (2008-2016); también ha sido numerosa la presencia de presbíteros diocesanos, más de medio centenar.

El Arzobispo de Burgos, Mons. Fidel Herráez Vegas, como Arzobispo metropolitano del que depende la Sede oxomense-soriana, ha querido acompañar a Mons. Melgar Viciosa en su despedida de los fieles de la capital y de las parroquias cercanas. Mañana, domingo 15 de mayo a las 13 h., el Obispo electo de Ciudad Real presidirá la Santa Misa con la que se despedirá de los fieles de El Burgo de Osma y de las parroquias más próximas a la Villa episcopal.

Los Vicarios de la Diócesis, la práctica totalidad de los delegados episcopales, numerosas comunidades de vida consagrada así como los seminaristas mayores y menores han estado también presentes en la celebración. Entre las autoridades sorianas se encontraban, entre otros, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Soria así como representantes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Subdelegación de Defensa. Al final de la Santa Misa, Mons. Melgar Viciosa ha recibido el saludo cariñoso y emocionado de las autoridades y fieles presentes. 

«Por gusto personal seguiría entre vosotros»

En su homilía, cercana y sentida, Mons. Melgar Viciosa ha animado a sus diocesanos a «no vivir la fe de cualquier forma como si todo valiese para ser seguidor de Cristo» sino dando «auténtico testimonio en medio del mundo». «La gente espera ver en nosotros coherencia, a personas que se han tomado en serio al Señor», ha recalcado. Además, ha confesado albergar «sentimientos encontrados» pues «tengo muy claro que un Obispo debe estar siempre al servicio de la Iglesia y donde la Iglesia lo necesite» pero «se acumulan en mi mente y en mi corazón todos los buenos momentos que he vivido en esta amada Diócesis de Osma-Soria […] Por eso, si fuera por gusto personal, seguiría entre vosotros».

En el capítulo de agradecimientos se ha mostrado emocionado «por haberme sentido muy acompañado por Dios y por todos vosotros», y ha agradecido su trabajo a sus más cercanos colaboradores, a los sacerdotes, a los religiosos y a los laicos, a quienes ha animado a seguir sintiéndose «corresponsables de la evangelización de nuestro pueblo y a seguir ofreciendo lo mejor de vosotros mismos a su servicio».

Finalmente, ha aprovechado para «pedir perdón a todos los que haya podido ofender con mis actuaciones o mis palabras; por todos aquellos aspectos en los que no haya sabido dar respuesta a lo que esperabais de mi como Pastor y Obispo; por todas aquellas actuaciones en las cuales no haya sabido pastorearos como debía», ha concluido.

«Nunca hubiéramos querido vivir esta celebración»

Al término de la celebración ha tomado la palabra el Vicario General, Gabriel-Ángel Rodríguez Millán, quien ha confesado que «nunca hubiésemos querido vivir esta celebración de despedida pero, como usted nos ha enseñado, hay que estar siempre dispuestos a entregarse y darse sin reservas, teniendo constantemente en el horizonte el bien de la Iglesia y el servicio evangélico a los hermanos».

En su alocución, el vicario General ha agradecido a Mons. Melgar Viciosa el haber sido durante estos años «pastor, padre y amigo» así como «su gran creatividad para abrir caminos a Jesucristo en medio de nuestra sociedad»; «gracias por su compromiso, comprensión y apoyo para todos, sacerdotes, religiosos, laicos y seminaristas», ha dicho. También ha destacado su papel para «motivar a nuestros jóvenes en el compromiso de la oración asidua y del compromiso, y por haber hecho que se sientan enviados como misioneros de otros jóvenes» además de poner en valor «la vocación sacerdotal poniendo a nuestro Seminario como lugar central en nuestra Diócesis».

Rodríguez Millán ha concluido su alocución afirmando: «Hemos visto y sentido que su corazón nos ha amado y siempre ha buscado caminos para demostrarlo. Sí, hemos tenido un buen pastor, un mejor padre y un muy cercano amigo».

Un báculo del beato Palafox

El delegado episcopal del clero, Manuel Peñalba Zayas, ha entregado al término de las palabras del Vicario General un regalo a Mons. Melgar Viciosa «con el que nos hará presente en su corazón cada día»: un báculo en el que ha sido colocado el escudo episcopal del Administrador diocesano y la efigie del beato Juan de Palafox y Mendoza, cuyo proceso de Beatificación culminó durante su pontificado.

Homilía de la Santa Misa de acción gracias en Soria

Palabras del Vicario General en la Santa Misa

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