Nueva Carta pastoral del Obispo de Osma-Soria

  • El nuevo texto magisterial de Mons. Gerardo Melgar Viciosa lleva por título «La familia, hogar de misericordia» y nace al comienzo del Año Santo de la misericordia.
  • La Carta pastoral será presentada a toda la Diócesis el próximo miércoles 27 de enero en el Cine Roma de la Casa diocesana «Pío XII» (Soria) a las 19.30 h.
  • Es la séptima Carta pastoral que el prelado publica desde su llegada a la Sede episcopal oxomense-soriana y la tercera que dedica a la familia.

En el contexto del Año Santo de la misericordia que el Señor ha regalado a su Iglesia a través del Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, el Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, ha escrito a toda la Diócesis (especialmente a las familias para que, desde la realidad familiar, puedan vivir el espíritu del Jubileo y las exigencias del mismo) una nueva Carta pastoral que lleva por título «La familia, hogar de misericordia» y que el prelado quiso firmar en la significativa fiesta litúrgica de la Sagrada Familia de Nazaret. Como él mismo escribe al comienzo de la Carta, «la familia es ese espacio privilegiado e importante para vivir y experimentar la identidad de Dios como Padre y Madre, cuyo Corazón y entrañas se conmueven ante las miserias y pecados de los seres humanos […] En la familia recibimos una especial llamada de este Padre misericordioso a ofrecer perdón y misericordia».

La presentación de la Carta pastoral tendrá lugar en el Cine Roma (de la Casa diocesana) el próximo miércoles 27 de enero a las 19.30 h. El Vicario episcopal de pastoral, Ángel Hernández Ayllón, ha invitado a los sacerdotes, religiosos y laicos («especialmente a los matrimonios y familias enteras») a participar en el acto de presentación «para poder recibir de nuestro padre y pastor ánimo e impulso para vivir, especialmente en la familia, este Año de la misericordia».

Estructura de la Carta pastoral

La Carta se divide en siete capítulos: el primero está dedicado a introducir y motivar el porqué del texto episcopal; le siguen cuatro capítulos dedicados a desentrañar la vivencia de la misericordia en la familia, haciendo especial énfasis en la vivencia de las obras de misericordia (cap. IV); la Carta se cierra con la propuesta de dos oraciones para rezar durante el Año Santo (la oficial del Jubileo y otra de la beata Teresa de Calcuta). Finalmente, el prelado exhorta a todos los diocesanos «a la participación en las celebraciones que tendremos a nivel diocesano a través de todo este Año» así como a cuidar y vivir el sacramento de la reconciliación «donde el Señor nos espera con los brazos abiertos para darnos su abrazo de amor y de perdón».

Algunas ideas de la Carta pastoral

  • En este momento de la historia en el que se ha generalizado la actitud de indiferencia ante Dios y ante todo cuanto se refiere a la fe, celebrar este Jubileo debe ser, sin duda alguna, un momento muy importante.
  • La celebración del Jubileo puede ser importante para quienes se han alejado o no se han encontrado con Dios pues este tiempo les ofrece la posibilidad de conocer la identidad de Dios como Padre y Madre misericordioso […] que les dice que, a pesar de que ellos se sientan lejos o indiferentes, Él no se olvida de ellos ni les deja abandonados.
  • En la familia encontramos un lugar privilegiado para contemplar, convencernos y vivir cada uno de los miembros la misericordia de Dios con nosotros.
  • Los padres deben sentirse llamados especialmente en este Jubileo a reflejar en su vida, lo más perfectamente posible, la paternidad y la maternidad misericordiosa de Dios.
  • Jesús cumple perfectamente en su vida y en su actuar con los desahuciados de la sociedad, con los pobres, los que sufren y los pecadores; así muestra el rostro de Dios compasivo y misericordioso.
  • Una familia creyente es aquella que es capaz de descubrir la misericordia, el amor y la ternura del corazón de Dios en todos los acontecimientos de su vida y de la vida de su familia […] No podemos vivir los acontecimientos familiares, sean estos buenos o malos, al margen de Dios.
  • Debemos vivir nuestra vida de relación con los demás, especialmente en la familia y en las relaciones familiares, desde el perdón y la misericordia […] sin el testimonio del perdón sólo queda una vida infecunda y estéril como si se viviera en un desierto desolado.
  • Es en la caridad y en la misericordia donde se realiza la familia.
  • El perdón y la misericordia, que son fundamentales en cualquier tipo de relación humana para encontrar la paz, el sosiego y la serenidad, son imprescindibles en las relaciones familiares entre los esposos, entre los padres y los hijos, entre los hermanos y de todos con los abuelos.
  • Los esposos deben saber conjugar en todos los modos y tiempos los verbos perdonar, comprender, quitar importancia, aclarar las cosas y no taparlas con la losa del silencio.
  • En este Jubileo de la misericordia, los padres deben estar dispuestos a perdonar a sus hijos.
  • Tal vez los abuelos nos están necesitando más que nadie para experimentar el calor de nuestra cercanía, de nuestro amor y del amor que Dios les tiene a través de las manifestaciones y expresiones de nuestro propio amor, no siendo de ninguna manera indiferentes a ellos sino cercanos, misericordiosos, cariñosos y atentos a sus necesidades.
  • La familia es un lugar privilegiado para vivir las obras de misericordia.
  • La familia cristiana ante las necesidades más prioritarias de otras familias no puede mirar para otro lado. Ha de ser solidaria con ellas y ayudarles para que tengan lo más necesario para vivir dignamente.
  • La acogida, el acompañamiento y la ayuda al forastero suponen el rechazo, por nuestra parte, de toda clase de racismo y xenofobia por razones de raza, lengua, cultura o religión.
  • La familia debe ser consciente de lo mucho que el enfermo espera de ella y lo mucho que les ayuda ver que su familia le atiende con gusto, con la sonrisa en los labios, que se interesa por ellos y se alegra de su progreso o les anima cuando están estancados o van para atrás en el camino de la recuperación.
  • Hoy podemos encontrarnos con personas que se sienten prisioneros del dinero, del egoísmo, de sus propios defectos o de vicios como el alcohol, las drogas, la pornografía, etc. […] También ellos necesitan de alguien que les ayude a salir de ese mundo del que se sienten presos.
  • La obra de misericordia de enterrar a los muertos no debe terminar con su incineración o su inhumación sino que será completa si, junto a esto, va también nuestra oración.
  • Si para cualquiera puede ser bueno un consejo siempre, éste es muy importante en la familia, especialmente el consejo de los padres a los hijos.
  • La misión principal de los padres, como padres y como educadores, es la enseñanza a los hijos de los valores más importantes […] Esta enseñanza no se hace sólo con la palabra sino que es muy importante la vida, el testimonio, para que las palabras sean creíbles.
  • La familia es un lugar privilegiado para practicar la corrección fraterna […] que debe hacerse siempre desde la humildad, el cariño y el amor a la persona […] y nunca para humillar u ofender al que se corrige sino buscando su bien.
  • Tengo que hacer lo que pueda para consolar a ese miembro de mi familia al que veo triste.
  • Todos en la familia estamos llamados a construir una verdadera comunidad de amor […] Ésta se construye con el afecto de unos a otros pero también con nuestro perdón hacia los demás y de los demás hacia mí.
  • Una buena convivencia familiar, aunque no siempre sea fácil, nos debe llevar a vivir con paciencia los defectos de los demás.
  • En todos los momentos de nuestra vida podemos sacar un momento para juntos hacer una oración por las necesidades de los vivos y de los difuntos, para darle gracias al Señor […] Hagamos un esfuerzo diario y que no se nos pase ningún día sin hacer la oración en familia.
  • ¡Qué bonito sería que, como familia, durante este Año de la misericordia nos acercáramos todos a recibir el abrazo de ternura de Dios en el sacramento de la reconciliación!
  • Aprovechemos esta cuaresma en familia para practicar el ayuno como Dios quiere: ayunando de aquellas actitudes negativas para vivir con todos la misericordia que Dios tiene con nosotros.
  • Tenemos que ponernos en camino. Este Jubileo de la misericordia nos va a ayudar a lograr ser una familia unida, a renovar entre nosotros nuestro amor y a renovar nuestra vida cristiana […] que dará como resultado ser una familia convencida y convertida, una familia auténticamente cristiana en la que Dios tenga el puesto central que le corresponde.

La familia, hogar de misericordia

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