Ochenta presbíteros renuevan sus promesas sacerdotales en la Santa Misa Crismal

Mons. Melgar Viciosa ha agradecido a sus sacerdotes los más de 27000€ entregados el año pasado a Cáritas para paliar las necesidades de los sorianos que más están sufriendo el zarpazo de la crisis y el paro.

En la mañana de hoy, 4 de abril, Miércoles Santo, en la puerta del Triduo Pascual, la Iglesia que peregrina en Osma-Soria ha celebrado, como acto central de la jornada, la Santa Misa Crismal en la S. I. Catedral de El Burgo de Osma a las doce de la mañana.

La solemne concelebración eucarística ha estado presidida por el Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa. Con él han concelebrado ochenta sacerdotes, la práctica totalidad del presbiterio diocesano, además de algunos religiosos.

En el transcurso de la celebración todos los presbíteros presentes han renovado, junto a su Obispo, las promesas hechas el día de su ordenación sacerdotal. En su homilía, Mons. Melgar Viciosa ha agradecido a sus sacerdotes que estén siendo «los grandes defensores de los pobres, de los que sufren, de los que están pasando por grandes necesidades […] a quienes estamos llamados a llevar el consuelo y la esperanza divinos». Así mismo, he expresado públicamente su reconocimiento y gratitud «por los más de 27000€ que habéis entregado a Cáritas para que ésta siga siendo el abrazo de la Iglesia a los que más sufren y peor lo están pasando en nuestra sociedad soriana».

Antes, a las once de la mañana, los sacerdotes diocesanos estaban convocados a participar en la celebración del Sacramento del perdón que presidió Mons. Melgar Viciosa en la capilla de Santo Domingo del Seminario diocesano.

Al finalizar la Santa Misa todos los presbíteros presentes han compartido una comida de hermandad en los comedores del Seminario diocesano.

La Santa Misa Crismal que ha celebrado el Obispo con todos los sacerdotes de la Diócesis, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y un signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella, además, se ha consagrado el Santo Crisma y se han bendecido los Óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

Estos Óleos forman parte de los signos sacramentales que luego se realizarán en las diferentes parroquias de la Diócesis: las unciones pre y post bautismales en el pecho y en la cabeza, respectivamente, de los bautizados; la crismación en la frente de los confirmados y en las manos o en la cabeza de los ordenados presbíteros u obispos; la unción en la frente y en las manos de los enfermos o la de las paredes y del altar en la dedicación de iglesias.

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