Peregrinación a Roma del MCC diocesano

Recientemente veintitrés personas del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) de nuestra Diócesis peregrinamos a Roma para compartir junto a nuestros hermanos italianos la celebración de sus 50 años como MCC; en total, trece países europeos acompañamos a los anfitriones. Nos alojamos en la residencia de las Franciscanas de la Inmaculada (una religiosa española y otras tres indias, con una sonrisa contagiosa y con un admirable espíritu de servicio). La primera visita que hicimos fue al Vaticano; desde el principio de la peregrinación nos unimos al grupo del MCC de Guadalajara al que estamos agradecidos, especialmente a su consiliario D. Pedro que nos hizo de guía durante toda la estancia romana. Además, nada más llegar, tuvimos la alegría de encontrarnos en una de las plazas con el sacerdote diocesano David Igualador Martínez que, con otros presbíteros españoles, ha participado en un curso de actualización sacerdotal.

El primer plato fuerte de la peregrinación fue el encuentro con el Papa en el Aula Pablo VI: sale el Papa Francisco saludando a todos, siempre con la sonrisa en la cara y las manos abiertas para abrazar y bendecir. Nuestro presidente nacional (también presidente europeo), Álvaro Martínez, inició la presentación del porqué del MCC y los retos a los que nos enfrentamos; el Papa escuchaba muy atento. Después del turno de Italia, toma la palabra el Papa Francisco para iluminar por dónde debe caminar el MCC: firme en su carisma, ágil al soplo del Espíritu Santo para acomodarlo al momento que vivimos, ahondando más y mejor en la Palabra de Dios, teniendo misericordia, sin hacer proselitismo, fomentando la amistad y la paciencia. En ese momento, hubo anteriormente otro, suelta las cuartillas del texto oficial y comenta un edificante testimonio.

Por la tarde, el segundo plato espiritual muy suculento: la tercera ultreya europea de 2015 que llevaba por lema «Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos» (1 Jn 1, 3). Tuvo lugar en el marco incomparable de la basílica de San Pablo Extramuros: ¡qué preciosidad y belleza! Presidió la celebración el Cardenal de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, al que acompañaban otros Obispos y muchos sacerdotes. Hubo un primer momento para los testimonios que fueron sorprendentes: hombres y mujeres jóvenes que se han encontrado con Cristo. Maravillosos.

Para el recuerdo quedan las tres Eucaristías que vivimos: la primera en el Trastévere, con la comunidad de San Egidio, presidida por uno de los Obispos auxiliares de Roma: ¡qué delicia de preparación litúrgica!; la segunda en las catacumbas de San Calixto: ¡qué silencio y recogimiento se nota en estos santos lugares!; y, por último, en la cripta de San Pedro del Vaticano: ¡qué emocionante ver gentes venidas de todo el mundo celebrando la fe! ¡Se oía cantar y contestar en tantos idiomas! Una vez más disfrutamos de la catolicidad de la Iglesia. En estos días de peregrinación también visitamos otros monumentos de Roma. Estuvimos en muchos lugares… ¡a cuál más significativo para nuestra fe!

Hemos vuelto muy contentos y, sobre todo, fortalecidos en la fe: ver, escuchar y estar al lado del Sucesor de Pedro que te confirma en lo que crees así como estar junto a otros muchos cristianos venidos de todo el mundo que, como tú, creen en Cristo es un regalo maravilloso. Esto lo demuestran, una vez más, los pequeños inconvenientes que hemos tenido que pasar como peregrinos: filas de más de dos horas, calor, nerviosismo, etc. ¡Doy gracias a Dios que nos ha permitido asistir a la tercera ultreya europea del MCC y que me llamó un día a vivir el Cursillo de Cristiandad! De Colores.

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