Como cada año, al llegar la Solemnidad de San José, la Iglesia recuerda la importancia y la necesidad de trabajar por las vocaciones al sacerdocio ordenado. En este marco, junto con el Día del Seminario, la Delegación episcopal de pastoral vocacional ha programado una serie de actos con los que pretende dar a conocer esta llamada que Dios sigue haciendo, y mostrar la importancia y necesidad del trabajo en este apasionante campo de interpelar a las conciencias de los jóvenes para que descubran a qué les está llamando Dios.
Con este fin, se han organizado distintas actividades:
- Viernes 11 de marzo a las 20 h.: Vigilia de oración por las vocaciones en la iglesia de San Juan de Rabanera (Soria).
- Domingo 13 de marzo a las 12 h.: Santa Misa presidida por el Obispo en la parroquia de Santa Bárbara (Soria) con motivo del Día del Seminario.
- Lunes 14 de marzo a las 14 h.: Encuentro con universitarios en el Campus Universitario de Soria.
- Miércoles 16 de marzo a las 17 h.: Vídeo-fórum vocacional en el coro de la parroquia de La Mayor (Soria).
- Jueves 17 de marzo a las 17 h.: Vía crucis vocacional por las calles de Soria partiendo de la parroquia de La Mayor hasta la parroquia de El Salvador (Soria).
- Viernes 18 de marzo a las 17 h.: Testimonios vocacionales en la plaza de San Estaban (Soria). Por la tarde, a las 20.30 h., oración vocacional en la iglesia de San Juan de Rabanera (Soria).
Según el delegado de pastoral vocacional, Pedro L. Andaluz Andrés, «el único fin de estas actividades es presentar ante nuestra sociedad esta vocación específica de vida cristiana a la cual Dios sigue llamando a muchos jóvenes. Pero todo esto carecería de sentido si no se lleva a cabo esta labor en las familias y en las parroquias: en las familias, con una vivencia auténtica de la fe; y en las parroquias haciendo esta propuesta de forma valiente y alegre por parte de los sacerdotes y catequistas». Además, continúa, «seguimos invitando a toda la comunidad diocesana a rogar al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies pues, como nos recordaba San Juan Pablo II, toda la comunidad cristiana tiene el deber de fomentar las vocaciones y debe procurarlo, ante todo, con una vida plenamente cristiana».
