Testimonio de la JMJ Lisboa 2023

Yo me enteré de la JMJ por una conversación que mantuve con una persona en el ‘Bocata solidario’. Desde el primer momento tuve mucha curiosidad en saber qué era eso y me dijeron que hablase con unas personas para que me metiesen en un grupo donde preparaban a jóvenes como yo para ir a esta jornada. Y eso fue justo lo que hice.

Durante meses estuvimos quedando los viernes por la tarde en una salita de la iglesia de El Salvador, donde hablábamos, charlábamos y aprendíamos nuevas cosas relacionadas con nuestra religión, el cristianismo. Nos íbamos acercando poco a poco  a Dios y preparándonos para el próximo viaje que íbamos a hacer.

Entre los que estábamos no nos conocíamos de ningún lado, pero rápidamente hicimos un gran vínculo entre todos, y creo que por eso también ha sido una de las experiencias más increíbles que he vivido, por las personas. La JMJ es la Jornada Mundial de Jóvenes Cristianos, donde se reúnen millones de personas para acercarse a Dios y este año tuvo lugar en Lisboa, Portugal. Con la Diócesis de Osma-Soria fuimos a finales de julio a Oporto. Allí nos acogieron unas familias y fue una semana un poco de preparación para ese encuentro con tantos jóvenes y con Cristo. Allí hacíamos misas, actividades conjuntas, cantábamos y rezábamos, incluso nos metimos al lago con más gente de otros países, pero todo enfocado en nuestro Padre.

Para mí, Oporto fueron unos días muy guays en el sentido de conocer mucha gente. Cuando hicimos turismo por la ciudad, nos encontramos con miles de personas de diferentes países que también se encontraban en ese lugar y con las banderas, con las canciones, los bailes y la música nos íbamos conociendo poco a poco e intercambiando pulseras, estampas o algo de tu país con otro de otro país. Luego llegó el día de ir a Lisboa y ahí, he de decir que, desde mi experiencia, obviamente conocí a muchas personas, pero ya no era con el propósito de conocer a personas, sino de conocer a Dios a través de esas personas, ya que venían con el mismo objetivo que yo: encontrarse con Jesús.

En Lisboa las misas fueron espectaculares, además fueron en portugués, y eso fue un reto para todos.

Cuando nos juntamos todos los españoles en la misa y más tarde en el concierto de Hakuna fue una auténtica pasada.

Hakuna es un grupo musical español que se formó en Río de Janeiro en la JMJ que hubo hace años donde rezan al Señor por medio de canciones. Miles y miles de españoles rezando a nuestro Padre  pidiendo  por la gente a la  que ni siquiera conocíamos, por gente que sufría, gente que no estaba pasando buenos momentos, por gente que todavía no conocía Jesús… Al final rezamos por todos y fue una gran burbuja que formamos todos juntos.

Tuvimos la gran suerte de ver al Papa en dos ocasiones. Una cuando pasó con el coche nada más llegar del aeropuerto y otra, que recordaré a lo largo de mi vida, fue cuando pasó con el Papa Móvil a tan solo a un metro y medio distancia de donde estábamos nosotros… Yo me puse a chillar como una loca porque no daba crédito a lo que estaba viendo. Pero luego te das cuenta que al final el Papa Francisco no es más que una persona la cual está muy cerca de Dios, pero no es Dios. Él mismo lo decía: “Vuestro objetivo de la JMJ tiene que ser acercaros a Dios y yo soy un gran lazo de unión con él”. Fue un momento muy especial.

El día de la vigilia, no voy a mentir, la caminata fue dura. Fueron kilómetros al sol con mucha gente y cargados con nuestra comida, nuestro saco de dormir, nuestra mochila, pero pensar que al final lo estábamos haciendo por Jesús, daba fuerzas para seguir, y el simple hecho de ver a tantos jóvenes en las mismas condiciones  que nosotros, fue decir :”Jo, hay muchas personas, muchos jóvenes igual que yo que vienen aquí con una finalidad, que creen en lo mismo que yo, que confían en Dios, que aman a Dios…” Y eso, al final, me hizo sentirme más querida por el mundo y más unida con mi Padre.

Por la noche, el Papa dio unas palabras y quiero resaltar una frase que decía a los jóvenes especialmente: “En el arte de ascender, lo que importa no es caer sino no permanecer caído“. Esa frase se me grabó en la mente instantáneamente y ¡qué verdad guarda en ella! Cuántas veces hemos caído y nos hemos sentido culpables por ello, o vulnerables, incluso mal con nosotros mismos, cuando lo que importa, como muy bien dice el Papa, no es no caer, sino no permanecer caído, no tirar la toalla, no rendirse jamás. Acto seguido nos fuimos a dormir todos juntos y nos levantó un sacerdote Dj para ver el amanecer y en ese momento pensé: “Si me dijesen que describiese esta experiencia en una sola palabra, diría AMOR”.

El Papa Francisco nos dijo que amar era de valientes. Amar era un riesgo que había que correr. Amar a todo el mundo, incluso a tus enemigos. Amar las cosas que nos da Dios. Amar esos pequeños detalles que a veces no nos damos cuenta.  Amarnos a nosotros mismos, pero sobre todo amar a Dios.

Comparte esta noticia
Facebook
X.com
LinkedIn
WhatsApp
Email