Un año para la vida consagrada

En un encuentro con superiores mayores en 2013, el Papa Francisco convocó un año dedicado a la vida consagrada que comenzó el 30 de noviembre de 2014, primer Domingo de Adviento, y terminará con la fiesta de la presentación del Señor el 2 de febrero de 2016. Con esta iniciativa, el Papa quiere recordar los cincuenta años de la Constitución «Lumen Gentium» y el Decreto «Perfectae caritatis» dirigido a los religiosos y religiosas. El lema propuesto para este año es «Evangelio, profecía y esperanza».

Por medio de una carta publicada el 21 de noviembre último, el Papa ha marcado unos objetivos a tener en cuenta y también unas expectativas:

«Mirar al pasado con gratitud»: no para quedarse en nostalgias inútiles sino para recordar los propios inicios y mantener viva la propia identidad. Francisco recuerda que el mundo y la Iglesia tienen mucho que agradecer a la vida religiosa pues, por ejemplo, la historia de la caridad, de la salud, del arte o de la cultura quedaría incompleta. Es una oportunidad, además, para descubrir incoherencias fruto de la debilidad humana.

«Vivir el presente con pasión»: el Papa invita a responder a esta pregunta central ¿realmente Jesús es el primero y el único amor como nos hemos propuesto cuando profesamos nuestros votos? ¿Cómo nos dejamos interpelar por el Evangelio? Porque sólo desde ahí habremos aprendido lo que es el amor y como amar; y es que sabremos amar porque tenemos su mismo corazón.

«Abrazar el futuro con esperanza»: una esperanza que no esconde dificultades sino que, más bien, es precisamente en estas incertidumbres donde se levanta fruto de la fe en el Señor de la historia que sigue repitiendo: «No tengas miedo que yo estoy contigo». Para esto, Francisco nos pide permanecer despiertos y vigilantes.

Sobre este año dedicado a la vida consagrada el Papa tiene algunas expectativas: Que los religiosos sean testigos de la alegría pues «donde hay religiosos debe haber alegría»; que los religiosos despierten al mundo pues la nota que caracteriza a la vida religiosa es la profecía: ser «exégesis viviente» del Evangelio; que los religiosos nos convirtamos en expertos de «comunión y fraternidad»; y que la vida consagrada, en un aspecto muy característico de Francisco, salga de sí misma para ir a las periferias existenciales de una humanidad que espera: personas que han perdido el sentido de la vida y están sedientos de lo divino. Sí, el Papa nos recuerda que es necesario llegar a las periferias que esperan la luz del Evangelio.

Este año de la vida consagrada, como ha dicho el Papa, debe ser una ocasión para que todos los miembros del pueblo de Dios agradezcan al Señor el don de la vida consagrada.

En nuestra Diócesis, el acto principal tendrá lugar el día 2 de febrero, fiesta de la presentación del Señor y día de la vida consagrada establecido por San Juan Pablo II: en este día celebraremos la Santa Misa en la iglesia del Carmen (Soria) y nos uniremos a los PP. y MM. Carmelitas en el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

Hna. María Lourdes del Pozo, men

Presidenta de CONFER diocesana

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